Tehuacán. La Reserva de la Biosfera Tehuacán – Cuicatlán (RBTC) cumple este 18 de septiembre sus primeros 20 años de ser Área Natural Protegida (ANP), a cuya celebración se suma la reciente inclusión del valle de Tehuacán-Cuicatlán en Lista de la Unesco como Bien Mixto de Patrimonio Mundial.
Fernando Reyes Flores, director de la instancia federal, agregó que el Valle de Tehuacán-Cuicatlán: hábitat originario de Mesoamérica, es la zona árida o semiárida con mayor diversidad biológica en Norteamérica.
Abundó que es uno de los hotspots de biodiversidad que contiene biomas caracterizados por altos niveles de endemismo, especies en peligro y comunidades raras de flora, donde se han registrado 3 mil 020 especies de plantas vasculares, de las cuales 237 especies son endémicas.
Su diversidad faunística sobrepasa la de cualquier otra tierra seca del planeta, con 131 especies de mamíferos, 338 especies de aves, 83 especies de reptiles, 28 especies de anfibios y 14 especies de peces; de las cuales 36 son endémicas y 121 se encuentran en alguna categoría de riesgo, hogar de especies como el águila real, al igual que los animales con migraciones locales como la guacamaya verde y 44 especies de murciélagos, y de grandes depredadores con gran capacidad de desplazamiento, como el jaguar y el puma.
Sus ecosistemas son una prueba extraordinaria de la larga interacción entre sus habitantes y la naturaleza, en gran parte son el resultado de las prácticas agrícolas presentes desde hace 9600-7000 años, que combinaron los complejos procesos de manipulación, con no menos complejas tecnologías de manejo del agua como el sistema agroagrícola de Purrón, detalló.
Explicó que es aquí donde se domesticaron distintas especies como el chile (Capsicum annum), amaranto (Amaranthus sp), aguacate (Persea americana), calabaza (Cucurbita sp), frijol (Phaseolus sp) y el maíz (Zea mays), siendo este último un ejemplo excepcional de la interacción de la humanidad con los recursos naturales disponibles a ella.
Considerada también como un centro excepcional de agrobiodiversidad de donde las prácticas de manejo tradicional de los ocho grupos indígenas que habitan en la región: nahuas, popolocas, mazatecos, cuicatecos, mixtecos, chocholtecos, ixcatecos, chinantecos y un pueblo afromexicano, son la evidencia de la continuidad milenaria en el conocimiento y uso de su riqueza natural, ya que ésta región cuenta con uno de los inventarios más amplios de plantas útiles del país con más de 2000 especies que tienen usos culinarios, medicinales, ornamentales, arquitectónicos, cosméticos o rituales.
Han sido 20 años de arduo trabajo con, por y para la gente, desarrollando de manera continua la conservación de sus ecosistemas a través de las actividades productivas y artesanales de sus pobladores y emprendiendo acciones de educación ambiental, protección y monitoreo, asimismo, atendiendo este año, la actualización del Programa de Manejo con la que opera el ANP.
A la fecha, se han implementado diversos proyectos de monitoreo de especies clave e indicadoras de la calidad de los hábitat como el águila real (Aquila chrysaetos), la guacamaya verde (Ara militaris), murciélagos y del jaguar (Pantera onca), concluyó.