Esta semana se sabrá si la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratifica el triunfo de Martha Erika Alonso o anula la elección como lo está exigiendo la coalición Juntos Haremos Historia.

A estas alturas nadie sabe cuál será la decisión de la Sala, y cualquier pronóstico es una verdadera jalada.

Sin embargo, lo que sí puedo compartirle es que los ministros tienen a la vista tres proyectos de sentencia.

  1. Ratificar el triunfo de Por Puebla al Frente y desechar las impugnaciones.
  2. Anular ciertas casillas donde se perdió la certeza y con ello dar el triunfo a Miguel Barbosa (es muy poco probable, debido a la diferencia de más de 100 mil votos).
  3. Anular la elección por falta de certeza.

Sin embargo, la primera opción es la que mayor coincidencia arroja entre los magistrados.

Esto, debido a que no hay razón jurídica válida para anular la elección.

Sólo habría razones políticas para hacerlo.

Con esto no quiero decir que los magistrados decidan basados en razones políticas de por ejemplo Andrés Manuel López Obrador, sino que me refiero más bien a que puedan argumentar la falta de certeza en una disputa tan intensa como la que ocurrió en Puebla.

Me parece que hay más indicios que apuntan a la ratificación, tras el recuento de votos realizado por las salas de Toluca y CDMX del TEPJF, el descarte del rebase de tope de gastos del PAN y la falsa acusación del “laboratorio” del hotel MM.

Cualquier día de esta semana la Sala puede convocar a primera hora a la sesión, por lo que no falta mucho para conocer el desenlace de esta dramática y accidentada historia de conflicto postelectoral.

El caso más reciente de anulación de elecciones estatales en México es el de Colima, donde los magistrados confirmaron el jueves 22 de octubre de 2015 que el gobierno de ese estado intervino en forma irregular en los comicios.

Ignacio Peralta Sánchez, entonces candidato del PRI, habría sido apoyado por el Ejecutivo local. Por cierto que el 17 de enero del 2016, en la elección extraordinaria, el priista se alzó de nueva cuenta con el triunfo.

Es cierto. El tribunal anuló las elecciones, pero les doy un dato: La diferencia entre el abanderado del PRI, Ignacio Peralta, y el candidato del PAN, Jorge Luis Preciado, fue de tan sólo 503 votos.

Y si recordamos, la diferencia en los resultados en Puebla es de más de 100 mil votos.

Así las cosas.

Nos leemos el miércoles y vemos cómo va este tema.

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