Atlixco. La última vez que la plazuela de la danza Netotiloyan del cerro de San Miguel en esta ciudad tuvo en su centro un mástil de metal fue hace 11 años, por décadas el palo donde se colgaban los voladores durante el Huey Atlixcáyotl fue una enorme barra metálica.
Durante el gobierno de Manuel Vargas, con el objetivo de ser fiel a las costumbres, se decide cambiar este tubular de acero por un tronco de árbol extraído directamente de las faldas del volcán Popocatépetl, con la previa y correspondiente solicitud a la madre tierra, a través de un ritual para cortarlo.
Fue así como trienio tras trienio el ritual se realizó de esta manera, extrayendo de este bosque tres enormes árboles, de más de 20 metros de altura, para colocarlos después del correspondiente ritual en el centro de la plazuela.
Pero en este gobierno las cosas cambiaron, fue una aprobación del patronato del Huey Atlixcáyotl la que permitirá que a partir de este 2019, quede en el centro nuevamente una barra de acero de 27 metros de alto para servir a la danza de los voladores de Cuetzalan durante la fiesta grande de Atlixco.
El aviso llego el jueves de la semana pasada, debía cambiarse el palo por uno de metal, porque así lo acordó el Patronato, desde entonces se comenzaron los trabajos, primero para el retiro del que se encontraba en el lugar, el cual fue cortado pedazo a pedazo.
Durante los trabajos se detectó que se encontraba apolillado en diversas partes de su estructura, lo que por fortuna no ocasionó accidente alguno, esta fue una de las razones que reforzó la idea de poner uno de metal.
El director de turismo local Miguel Cordero, señaló que en otras plazuelas donde se realiza esta danza de los voladores, los palos son de metal, precisamente a petición de los danzantes que se sienten más seguros.
Este miércoles las labores consistieron en lograr trasladar los trozos de metal al centro de la plazuela para poder soldarlos y que para el viernes próximo a las 16 horas sea levantado y colocado con el ritual correspondiente.
El ritual está abierto al público en general para presenciarlo, la única petición es que asistan vestidos de blanco y con un paliacate rojo.