Rodolfo Tadeo Luna de la Mora, investigador del Instituto de Derechos Humanos «Ignacio Ellacuría SJ», de la Universidad Iberoamericana (UIA) Puebla, señaló que solo en 2017 y 2018, los linchamientos en la entidad se han triplicado con relación a lo existente en más de 28 años.
A decir del especialista, si bien no se trata de un fenómeno social nuevo, los linchamientos se han recrudecido en el último año, ya que entre 2017 y 2018 se han documentado 330 casos en el estado de Puebla, el triple de los consumados o en tentativa que ocurrieron entre 1988 y 2016 -es decir, en 28 años-.
El responsable del Programa de Seguridad y Justicia del Instituto de Derechos Humanos «Ignacio Ellacuría» afirmó que entre 2015 y 2016 hubo un incremento del 128 por ciento en los casos de linchamiento en el estado y de 2016 a 2017 de 185 por ciento.
El candidato a doctor en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona, España, señaló que en el imaginario colectivo se tiene la idea que los linchamientos ocurren en lugares lejanos y pertenecen a patrones culturales o formas de justicia propias de comunidades indígenas; sin embargo, si bien el 85 por ciento de los casos se registra en zonas rurales, el 60 por ciento de este total es en las periferias de las principales ciudades.
Aseveró que los linchamientos son el resultado de un sentimiento de hartazgo acumulado, causado por la inseguridad, la delincuencia y la inacción estatal, al cual se han sumado la pobreza, exclusión y marginación social. Otros factores son la impunidad y la desconfianza hacia las autoridades.
“Ante el aumento de la violencia delincuencial y la incapacidad o ausencia del estado por proveer seguridad, cada persona y comunidad se ve forzada a gestionar su protección con sus propios recursos; algunos podrán contratar seguridad privada o mudarse a residenciales cerrados, otros colocarán una manta advirtiendo de linchamientos. Son distintas estrategias de protección ante el aumento de la delincuencia en el estado”, aseguró el especialista.
En su opinión, más allá de vivir una crisis de inseguridad, en México estamos viviendo una crisis de derechos: no se velan ni respetan nuestros derechos a la vida, la seguridad y a la impartición de justicia real y de acciones tempranas. Por ello, subrayó: “fenómenos como el linchamiento son consecuencia de esta crisis y pueden ser vistos como indicadores de ingobernabilidad y fracaso del Estado”.
Lo anterior se refuerza tomando en cuanta que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló a través de un estudio realizado en conjunto con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que Puebla es el primer lugar a nivel nacional en linchamientos.
A través del Informe Especial Sobre Linchamientos en el Territorio Nacional, ambas instituciones señalaron que las entidades de Puebla, Estado de México y Morelos tienen un 60 por ciento de aprobación sobre él linchamientos.