Hasta un 70 por ciento han bajado las ventas a locatarios que se ubican en las inmediaciones del Hospital General del Norte, donde hay desde internet, copias y ropa, hasta alimentos, farmacias y misceláneas. De seguir la situación así, los comerciantes no creen llegar al siguiente mes con los pagos de renta, luz, agua y otros servicios básicos para su trabajo.
A primera vista, durante un recorrido por la zona se nota la poca movilidad de transeúntes, transporte público y privado, así como la ausencia hasta en un 70 por ciento de los puestos de comida y bebidas que habitualmente están en la banqueta a contra esquina de la entrada principal del nosocomio. Mientras que el estacionamiento se ve prácticamente vacío.
Tras el anuncio de la presencia del coronavirus en México y luego con los primeros casos detectados en Puebla, de una semana a otra, comparte Jesús Galindo, quien atiende una papelería, las ventas bajaron hasta el 30 o 40 por ciento y conforme pasan los días se van intensificando.
En primer lugar los locatarios se están viendo afectados en ganancias, pues dependen de lo que venden al día, no obstante, al igual que Patricia Parra, que atiende una farmacia, afirma que se mantendrán abiertos lo más que puedan, “si no, ¿qué hacemos?”.
De los locales abiertos en mayor cantidad, están las farmacias y de comidas corridas. En las farmacias aunque la venta está tranquila, lo más buscado son los pañales para bebé y adulto por las mujeres que dan a luz, sondas, jeringas, soluciones y otros suministros que habitualmente no hay en el hospital y los familiares de los pacientes tienen que salir a buscar.
Para María Estela, también al frente de una farmacia, todo está muy mal y quisieran cerrar, pero hay que levantar la cortina día a día para tratar de sacar lo de la renta, que en la zona oscila entre 3 mil y 10 mil pesos, de acuerdo al tamaño del local. Lo que piden son prórrogas, pues están encima los pagos de luz, de agua e internet, entre otros, servicios.
Eva Torres que está en una local de comidas, comparte que de cada diez comidas que vendían al día, solo están saliendo 3 o 4. En su caso por tratarse de manejo de alimentos, las medidas de higiene siempre son estrictas, pero ahora más y “no tanto por miedo, pero necesitamos cuidarnos para no caer en esa enfermedad”.
En las misceláneas que tienen además de venta de abarrotes, fruta, verdura y carnes, como la que atiende Ricardo Pérez, de dos semana para acá, bajaron las ventas al 50 por ciento, no hay mucho movimiento, la gente que sale, sólo compra lo básico y se va a su casa, “siento que la economía va a estar más fracturada, porque si así que no ha pasado mucho tiempo ya bajo al 50, no quiero pensar que más pase”, concluyó.