La pandemia ha dejado afectaciones no sólo a la salud, sino también ha dañado fuertemente los bolsillos de los que menos tienen y ha hecho mellas al capital que con gran esfuerzo los micro y pequeños empresarios que habían invertido. Algunos de ellos tomaron la drástica decisión de cerrar sus negocios definitivamente, así lo informó la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC).

La gran mayoría de estos pequeños establecimientos que funcionan como cocinas económicas y loncherías se ubican en los alrededores de las escuelas de nivel básico y universidades como en el caso de Ciudad Universitaria (CU), cerrarán sus cortinas de forma permanente y es que a tres meses de haberse registrado la emergencia sanitaria sus negocios están vacíos y las rentas siguen corriendo, por lo que ya no tienen dinero para pagar por ocupar el espacio.

En entrevista con algunos de los dueños de estos establecimientos comentaron que es preocupante la situación que enfrentan, ya que tienen que estar pagando rentas y salarios al personal que labora con ellos para no dejarlos desprotegidos durante la pandemia, pero ya no les alcanza para seguir sobreviviendo con sus negocios.

Doña Berta con más  de 30 años de tener su negocio, mencionó que ya no continuará con su cocina económica aunque fue una herencia de sus padres, porque desde hace tres meses su venta es menor del 10 por ciento, ya que las personas están comprando más tortas y cosas baratas como molotes o chalupas, porque no les alcanza para consumir comida corrida de 70 pesos.

“Los ingresos que tenemos por la venta de alimentos es muy poco, no nos alcanza para solventar todos los pagos que tenemos del local,como gas, renta, luz, agua,servicio de limpia, pago de trabajadores, entre otras cosas”, precisó.

Por lo que ha optado en mejor en cambiar de giro comercial y una vez que regresen los estudiantes en el mes de agosto a los colegios vender papas fritas y tacos placeros afuera de estos, pero sin pagar renta para recuperarse económicamente.

Don Aaron  es propietario de una lonchería con más de 10 años de dedicarse a vender licuados, tortas y antojitos mexicanos, con gran éxito su negocio siempre repunto con ventas superiores al 100 por ciento, pero nunca pensó que la pandemia fuera a terminar con su establecimiento y es que las ventas dice están al 5 por ciento.

“No hay venta de comida, la gente no sale a comprar como antes y no hay estudiantes  que consuman, ya que estos eran los que  más los productos adquirían a diario”, subrayó en entrevista.

Como está historia hay muchos  casos más de personas que  perderán  las inversiones hechas en sus negocios y es que ya no tienen recursos para reinvertir y que además les preocupa como continuarán sobreviviendo si se extiende la pandemia.

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