No hay municipio, colonia, barrio, o lugar en Puebla que esté libre de la maldita inseguridad; por donde quiera abunda la delincuencia y el crimen organizado, los asaltos, los muertos, las amenazas, los abusos y el robo en cualquiera de sus expresiones.
Los poblanos, y en general los mexicanos, estamos hartos, hasta la madre, de los delincuentes, quienes con pistola en mano te quitan, sin problema, todo lo que tengas.
Ni en tu casa, ni en el automóvil, mucho menos en el transporte público, o en tu trabajo, estás a salvo de los infelices amantes de lo ajeno. De quienes se dedican al asalto a mano armada y a vivir de lo ajeno.
Los poblanos, los ciudadanos de a pie, quienes trabajamos de sol a sol para ganarlos el pan de cada día, estamos a merced de la delincuencia en el estado y en la ciudad.
Y nadie, absolutamente nadie, hace algo por remediar el problema.
Ni la mentada 4T, ni el PRI, ni el PAN, ni ningún otro partido, gobierno o autoridad han logrado combatir o erradicar, al menos en Puebla capital, la inseguridad.
Y no lo digo porque ayer hayan asaltado a uno de los colaboradores de Reto diario, uno de mis compañeros de trabajo, a quien incluso encañonaron, golpearon y amenazaron, sino porque es el trajinar, el calvario, del día a día del ciudadano en esta gran y caótica ciudad.
Lo dijo un amigo ayer en redes sociales, y lo dijo bien: “Andan en campaña estos hijos de puta, y les preocupa más pelearse entre ellos que arreglar todo su cagadero”.
Duro, pero muy cierto.
Porque mientras en Puebla vivimos una disputa político-electorera entre los dos niveles de gobierno -estatal y municipal-, por el poder y por la capital, los ciudadanos seguimos sufriendo los embates y la embestida de la delincuencia.
Las supuestas cifras de disminución en los delitos en el estado y la capital son un vil cuento chino.
Y como dijera su presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la realidad es que los ciudadanos “tenemos otros datos”.
El asalto en transporte público, en transporte individual y el robo a transeúnte, entre el primer bimestre de 2020 y el mismo periodo, pero de 2021, registraron un crecimiento del 50 hasta el 226 por ciento.
Con razón estamos cómo estamos, carajo.
Lo anterior se desprende de las más recientes cifras del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública (Sensp), en las que las denuncias a robo en transporte individual, a unidades de transporte público y a transeúnte incrementaron 159.4, 70 y 226.1 por ciento, respectivamente, tan solo en el municipio de Puebla.
Sin embargo, en el estado los números no son mejores.
Tan sólo entre enero y febrero de 2020, en relación con ambos meses del año actual, el robo en transporte individual, es decir, en tu propio auto, aumentó un 54.9%, a unidades de transporte público creció 90% y el asalto a peatones incrementó 59.8%.
Y va de nuevo: ¿quién, carajo, hace algo por este problema?
Porque es muy fácil salir a presumir que los delitos disminuyen, y, además, ofrecer cifras, número, y datos alegres, cuando la realidad es totalmente opuesta.
¿Tan jodidos estamos los poblanos?
¿Tan malos son nuestros gobiernos?
¿Eso es lo que nos merecemos?
Lamento decir que Puebla, por la inseguridad, se cae a pedazos.
Y si revisamos el robo en tu propio automóvil, las cifras pasaron de 32 denuncias, en el periodo señalado de 2020, a 83 entre enero y febrero de este año, que son 51 más. Esto quiere decir que al menos 1 persona es asaltada cuando se traslada en su carro por la ciudad.
Las denuncias por robo en transporte público crecieron de 20 a 34, por lo que cada dos días una de estas unidades fue abordada por ladrones armados.
¿Y así quieren seguir gobernando?
Es lamentable lo que sucede en Puebla, pero más indignante y humillante, que los ciudadanos no hagamos nada por manifestar nuestras infinitas molestias.
¿Qué estamos esperando, más robos y muertes?
Porque los muertos provocados por los asaltos son otra historia.
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