Sin duda la pandemia nos ha dejado un sinfín de aprendizajes. Entre ellos uno muy importante: el bajarle a nuestro nivel de consumo, valorar realmente las cosas que necesitamos para subsistir, intentar llevar una vida más sustentable.

En mi caso, y supongo que en el de muchos empresarios, este aprendizaje también ha permeado al interior de mi empresa. Ser una empresa sustentable significa administrar eficientemente y de manera racional los recursos de la misma, generando bienestar para nuestros colaboradores, para el entorno que nos rodea y en la calidad de vida de las generaciones futuras.

Esta administración va desde cosas “simples” como el disminuir el número de impresiones, consumo de papel, ahorro de agua y energía eléctrica, cambios en nuestras instalaciones y consumibles que disminuyan nuestra huella de carbono, hasta el reinventar nuestros productos o servicios para que su impacto sea menor en el medio ambiente, pero mayor en la sociedad.

¿Estarán muy equivocadas empresas como Hewlett Packard, Natura o Samsung que gastan millones de dólares en la generación de proyectos y marcas sustentables?

Aquellos que busquen invertir este 2021, deberían enfocarse en hacerlo en empresas o proyectos con fines medioambientales o sociales. Ahí está el futuro, en la economía verde, aunque algunos prefieran apostar en energías fósiles y comprar lo que otros ya no quieren.

Piénsalo, ¿si tuvieras el capital para invertir en una flotilla de autos premium para transporte privado, qué tipo de autos comprarías? Ahí está el caso de Beat Tesla, con un estudio de mercado bien cimentado y procurando la calidad del aire en una de las ciudades más contaminadas del mundo como la CDMX. ¿Tú qué crees que su mercado prefiera?

Y ojo, no se trata de aprovecharnos del momento que estamos viviendo y generar productos o servicios pintados de verde y con supuesta “conciencia”, cuando en realidad sólo es greenwashing.

El otro día me invitaron tamales, y nos sirvieron en “desechables ecológicos”. Muy orgullosa estaba la anfitriona de sus platos, pero cuál fue mi sorpresa, que era unicel pintado. Claramente ella cayó en una cadena de engaños de una empresa que en lugar de reinventarse y evolucionar su modelo de negocio conforme a los nuevos mercados, sólo le agregó colorantes y aditivos que para nada cambian el hecho de que son platos de unicel.

“Oye Felipe, pero dar ese paso sale muy caro”, muchos me han dicho por ahí. Según la agencia IRENA, la energía renovable es cada vez más barata que cualquier nueva capacidad de electricidad basada en combustibles fósiles, incluso, sin estar subsidiada. Las plantas solares y eólicas reducen los costos operativos de las plantas de carbón. La descarbonización del sector del transporte, informó Cepal, puede permitir en Latinoamérica la generación de 4 millones de nuevos empleos en operación y mantenimiento de vehículos pesados. Y si echamos un vistazo a la revolución digital hoy, tan sólo en Europa y Estados Unidos el 40% de los trabajadores han podido laborar desde su hogar. ¿Sabes esto cómo redujo basura, gases y energía?

Les regreso la pregunta, ¿sale caro invertirle aquí? Cada año en México se celebran ferias donde podrás encontrar nuevas tecnologías e innovaciones que pueden ayudar a tu empresa a dar ese salto hacia la sustentabilidad.

Si hiciéramos una proyección, te asombrarías lo redituable que es ser una empresa sustentable. Proyectos verdes, innovadores y sociales serán cruciales para la recuperación de la economía postpandemia. Por cierto, también el ser sustentable aplica para los ayuntamientos.

www.felipesandoval.com

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