A las cosas por su nombre

Alejandro Elías

Como he comentado antes en esta columna, no crea todo lo que ve, ni todo lo que escucha y mucho menos si proviene de redes sociales.

Apareció una publicación en Facebook que dice lo siguiente: “El CEO de Euro Exim Bank Ltd, hizo reflexionar a los economistas cuando dijo: ‘El ciclista es un desastre para la economía del país; él no compra autos y no pide dinero prestado para comprarlos. No paga pólizas de seguro. No compra combustible, no paga para someter el auto al mantenimiento y reparación. No usa estacionamiento pagado. No causa accidentes graves. No requiere carreteras con varias pistas. No se vuelve obeso.

La gente sana no es necesaria ni útil para la economía. No compran remedios. No van a hospitales o médicos No añaden nada al PIB del país’.”

Para desmenuzar el texto, hay que comprender, primero, que el hombre habla desde Reino Unido – esta es una institución financiera con oficinas en Londres– y se refiere a “la economía del país”, es decir, no habla de nosotros los mexicanos, quienes sólo compartimos la nota como si se tratase de algo que nos afecta u ofende.

Y esto no aplica a México por varias razones:

1.- Existe un grupo muy amplio en nuestra sociedad, el cual representa la mayor parte en el uso de las bicicletas: el sector obrero, y a su lado, aquél de bajos recursos que accede a este vehículo como única opción para moverse en lugar de utilizar el transporte público.

Es la base de la pirámide y quedaría fuera de las declaraciones del financiero, porque de cualquier forma nunca va a aspirar a un vehículo automotor, no comprará pólizas de seguros ni tendrá acceso a la larga lista de gastos que le preocupa a él, sin embargo, sí aporta al PIB del país a través de la producción de la que es un engrane en la fábrica, del pago de sus impuestos directos de su nómina; consume alimentos, refrescos, pantallas, celulares, calzado y enseres, lo que también contribuye, aunque en una pequeña parte, a generar movimiento económico nacional.

2.- En el siguiente escalón están aquellos jóvenes que han adoptado la bicicleta como medio de transporte: estudiantes preparatorianos o universitarios con un modo de vida moderno, que busca ser más sano y proporcionar un respiro al medio ambiente. Son universitarios que seguramente en el futuro adquirirán una motocicleta, un automóvil o que ya cuentan con él.

Este grupo consume aún más que el anterior, si bien pudiera no contar con un coche; invierte en educación, tecnología, laptops, celulares inteligentes, consume en bares y restaurantes, compra ropa y calzado de marca –aunque ahora se pone de moda dar la espalda a las firmas–. Es decir, también el CEO se equivocaría con ellos.

3.- En la punta de la pirámide, están los ciclistas que por deporte cuentan con este vehículo, pero que a su vez lo transportan en automóviles, camionetas o jeeps y que lo utilizan unas tres veces por semana para realizar Cross-Country, Downhill o Enduro.

Ellos cuentan con seguros para los automóviles, compran bicicletas de precios exorbitantes, consumen alimentos, bebidas energéticas, compran ropa y equipo especializado para realizar su deporte además de que invierten grandes cantidades en viajes y diversión.

Como podemos ver hasta aquí, todos los grupos, por más pequeños que parezcan, suman a la economía de nuestro país; todos son consumidores, que, si bien no convergen en los mismos rubros, sí vienen contribuyendo al Producto Interno Bruto del país.

De manera que antes de repetir una noticia, pongamos todos nuestros sentidos en lo que esta dice, de otro modo, actuamos como el perro del vecino, que ladra porque los de la esquina ladran, pero sin saber de qué se trata el mitote.

F/La Máquina de Escribir por Alejandro Elías

@ALEELIASG

Foto: Castillo | Cholula-Puebla | 2021

Alejandro Elías

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