Al tercer mes de estar lactando a su tercer hijo, a Ariadna “N” le diagnosticaron carcinoma ductal infiltrante no especificado, uno de los tipos cáncer de mama más común en las mujeres.

No obstante, gracias al apoyo emocional de sus hijos, esposo, familia y el equipo multidisciplinario de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional «Gral. Div. Manuel Ávila Camacho“, Puebla, Puebla del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), hubo un cambio en ella, pasando del “¿por qué yo?”, al “¿para qué yo?”, lo que le permitió tener una experiencia más de vida y ayudar a otras mujeres.

Ariadna es Técnica de Atención y Orientación al Derechohabiente (TAOD) del IMSS Puebla y su historia comenzó cuando tenía tres meses de dar vida a su tercer hijo.

Comenzó con dolores en su pecho y le dejó de salir leche en su mama izquierda, motivo por el cual se percató que tenía una bolita, misma que después de tres meses se hizo más grande.

Ante tales signos, Ariadna acudió de manera inmediata con su médico, quien a través de un ultrasonido le diagnosticó un fibroadenoma (bultos sólidos y no cancerosos en las mamas que se presentan con mayor frecuencia en mujeres de 15 a 35 años).

Sin embargo, la bolita presentaba un cuerpo extraño, no era normal, por lo que se tenía que mantener en vigilancia médica u optar por la cirugía para extraerla, pero su instinto de mujer, como ella lo expresó, la hizo tomar la decisión de quitarla para proceder a una biopsia.

Gracias a esa medida se pudo precisar que era carcinoma ductal infiltrante no especificado, por lo que al recibir el resultado Ariadna vislumbró un futuro gris e impredecible, “se le vino el mundo encima”, y sólo pensaba en sus tres hijos pequeños y esposo.

Cuando le dio la noticia a su familia y vio que se derrumbaron junto con ella, decidió que no se iba a dejar vencer, cambió su actitud y manera de pensar.

Esta conducta permitió a Ariadna ayudar a otras mujeres que se desvanecían en los tratamientos. Radicalmente le encontró un sentido a salir adelante para apoyar a quien no tenía la misma suerte que ella.

“Dentro de las quimios hablaba con las mujeres que se desanimaban, les daba palabras de aliento y les decía que disfrutaran el hoy”, comentó la TAOD.

Asimismo, expresó que como mujer es vanidosa, por lo que verse sin cabello, sin cejas y sin pestañas fue la parte más dura de toda la enfermedad, se sentía rara, que no encajaba, pero al portar un accesorio bonito como una pashmina se sentía diferente, porque la crítica ya no iba hacia el aspecto físico, sino al accesorio.

“Siempre es mantener la actitud de una dama y mi mejor accesorio se convirtió en una pashmina”, expresó.

El Hospital General de Zona (HGZ) No. 15 de Tehuacán la envió al área de Oncología de la UMAE Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional «Gral. Div. Manuel Ávila Camacho“, Puebla, Puebla con una prescripción de etapa 2, donde el doctor David Vázquez, oncólogo quirúrgico del nosocomio, se percató que había otras bolitas en la mama izquierda y tenían que prevenir, por lo que le retiraron 23 ganglios.

Los médicos le explicaron que se encontraba en la etapa 2 de la enfermedad, lo que representaba un 95% de supervivencia, fue la mejor noticia, que escuchó.

Por su parte, el doctor Fernando Silva Bravo, oncólogo del Hospital de Especialidades”, le transmitió varias veces palabras de aliento que la hacían cada vez más fuerte, pero la frase que jamás olvidará es: “el cáncer es 90% actitud, 10% enfermedad”.

Posteriormente, le realizaron una disección ganglionar del lado izquierdo, con la que los médicos se percataron que los ganglios estaban muy inflamados, por lo que se determinó que tenía que comenzar con las quimioterapias, que fueron ocho y ocho radioterapias.

“Fue un proceso muy complicado porque tenía un bebé de 3 meses, un niño de 7 años y una niña de 6, pero mis hijos fueron mi motor; si ellos me veían mal, ellos también lo estaban. Me dieron mucha energía, expresó Ariadna.

El médico Silva Bravo detalló que el caso de la paciente fue muy representativo, ya que es un ejemplo a seguir porque fue muy fuerte, responsable de su tratamiento, desde que se le realizó la cirugía, así como en su tratamiento de quimioterapias y radiaciones.

“No es tan frecuente cuando están lactando detectar cáncer de mama, para ello se debe ahondar y realizar varios estudios, sobre todo si la paciente descubre algo anormal, no sólo es leche atrapada, es necesario descartar una inflamación o infección”, así lo expresó el especialista.

Explicó que hay muchos tipos de cáncer de mama y aunque se podría pensar que es una misma enfermedad, no es así. En la primera etapa hay buen pronóstico, pero los médicos tratantes deben identificar bien a la paciente e individualizar el tratamiento.

Algunos sólo necesitan cirugías y después un tratamiento hormonal, cuando hay otros que necesitan el tratamiento opuesto, además de una cirugía radical, ya que no siempre se puede conservar la mama; se continúa con las quimios, radiaciones y pastillas, además de ser tratamientos agresivos, todo depende de la etapa en la que se encuentre la paciente.

Con Ariadna se tenía buen pronóstico, por ello se pudo acortar, ya que se encontraba en etapa 2, pronunció.

“Tengo mucho que agradecerles a los médicos que me trataron. Me pongo de pie, son médicos reconocidos a nivel nacional, son muy humanos, empáticos y dan el mejor tratamiento, informan todo el panorama”, añadió Ariadna.

Finalmente, la paciente hizo un llamado a las mujeres para que, ante cualquier cambio en la piel y la textura, se revisen y no lo dejen a la ligera, pues el cáncer avanza muy rápido.

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