En una de sus obras más destacadas, el politólogo Giovanni Sartori que hizo aportes importantes a las reflexiones sobre democracia, posicionó la reflexión en su libro: “Homo videns. La sociedad teledirigida” con este enfoque sobre el impacto por el cual “la televisión modifica radicalmente y empobrece el aparato cognoscitivo”.

Se hacía la broma sobre cómo colocar los muebles de la sala si no estaba como eje la televisión. Carlos Monsiváis destacaba el desplazamiento de la plática familiar por la focalización de la atención hacia el aparato de televisión. En su reflexión Sartori sostiene la afectación a la capacidad de aprehender (captar la realidad para su conocimiento) “pues traslada del contexto de la palabra (impresa o radiotransmitida) al contexto de la imagen”.

Sartori alerta sobre la pérdida de la capacidad cognoscitiva en la cual el ser humano pierde la habilidad de abstraer de los símbolos (las letras que describen ideas conformando palabras en los textos) el conocimiento y todo lo restringe a las imágenes. La expresión “dice más una imagen que mil palabras” no es del todo cierto; recordemos la imagen en donde faltando a la ética una cadena de televisión estadunidense sacó de contexto un video en donde había una celebración religiosa y la difundió como un festejo por el ataque a las torres gemelas, como después evidenció un especialista en estudios de medio oriente. Lamentablemente de manera tardía con lo que se logró el efecto de la indignación en la sociedad frente a los ataques que se derivaron después del terrorismo que se sufrió.

Sartori apuntó sobre el deterioro de la capacidad de abstracción por el desplazamiento de la imagen, esto genera una disminución en el análisis profundo de los problemas quedando todo en una reflexión superficial derivado de la imagen, siendo la televisión el principal detractor y distractor de esta capacidad.

El desplazamiento de la lectura por la imagen hace que los seres humanos se despojen de la sensibilidad a través de los sentidos. Sartori visibilizó un problema que por varias décadas de preeminencia de la televisión dominó la reflexión y preocupaciones sobre los retrocesos que su consumo implicaron.

Mucho se analizó este texto que ahora necesita una revisión actualizada de la mano de los retos contemporáneos, pasamos del homo videns al homo redes (por llamarle a este nuevo fenómeno). En próximas entregas entraremos en la revisión de los retos en el uso de las redes sociales y la paradoja de la soledad en la conectividad; el fenómeno de los filtros burbuja (qué son y de qué manera impactan en la manipulación de las personas) y de manera destacada la reflexión sobre las amenazas de la infocracia (propuesta conceptual que aporta interesantes enfoques sobre los riesgos a los que se enfrenta la democracia frente a la posverdad, la infodemia y los impactos que se viven por el uso masivo de las redes sociales).

El uso de la televisión no deja de tener vigencia, pero su impacto resulta menos dañino en procesos de toma de decisiones y la subordinación de masas. No obstante, su permanencia a la par de la exacerbada aceleración del uso de las nuevas tecnologías. Un dato es más que revelador, Evan Horowitz en NBC News: «Europa es el hogar de un grupo de economías desarrolladas que impulsan algunos de los estándares de vida más altos del mundo pero esto podría cambiar en un futuro inmediato. Al parecer, la puntuación de CI (coeficiente intelectual) de los ciudadanos de zonas como Francia, Escandinavia, Alemania o Gran Bretaña está comenzando a disminuir». Seguiremos el análisis que nos permitirá entender este fenómeno.

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