A Esmeralda le arrebataron la vida, y el estado, por toda la eternidad, tendrá una gran deuda que jamás podrá pagar, dijo María Luisa Núñez Barojas, fundadora del Colectivo Voz de los Desaparecidos.

 Blanca Esmeralda Gallardo fue asesinada el 4 de octubre alrededor de las 5 de la mañana, por dos hombres que la iban persiguiendo; le dispararon en 10 ocasiones.

Ella buscaba a su hija Betzabe Alvarado Gallardo, desaparecida el 13 de enero de 2021, por lo que se unió al colectivo Voz de los Desaparecidos.

Este jueves, las y los integrantes se reunieron en la plancha del zócalo de Puebla para colocar una ofrenda, ofrecer unas palabras y orar por su descanso.

Una de las participantes fue la fundadora del colectivo María Luisa Núñez Barojas, quien afirmó que la lucha no cesará hasta encontrar a su hija «Betza» que aún sigue ausente.

“Esmeralda hoy es eterna, Esmeralda se ha vuelto inolvidable y vive para siempre en nuestra memoria pero también en la vida de Puebla. Esmeralda se fue, le arrebataron la vida y el estado por toda la eternidad tendrá una gran deuda, una deuda que jamás le pagará ni a ella ni quienes duelen de su pérdida”.

Otra de las integrantes, notablemente afectada por el asesinato de Esmeralda, relató cómo conoció a Blanca Esmeralda y su entereza pese a la travesía que vivía por la desaparición de su hija.

“Segura estoy que el universo la puso frente a mí para decirme que mis problemas eran mínimos a los que otros estaban enfrentando. Cuando me dieron la noticia, algo en mí se rompió”.

Relató que su único delito era el amor de madre que la motivaba buscar a su hija y, aunque le dan una dura puñalada a la voz de los desaparecidos, tienen más rabia y coraje para exigir justicia.

«Hoy dan un puñalada profunda al colectivo que nos llevará largo tiempo en sanar, y la cicatriz que quedará de por vida deja en claro al enemigo que hay que enfrentar, por buscar la verdad y justicia. Hoy más que nunca se activó la rabia y coraje para exigir justicia porque apagaron tus ojos, pero no tu recuerdo y lucha y deseo de buscar a tu hija”.

Afirmaron todas y todos que la hija de Blanca Esmeralda será buscada y no cesarán hasta encontrar también a los delincuentes que le arrebataron la vida.

Un padre jesuita también llegó al sitio para sumarse al homenaje de la madre buscadora, donde pidió hacer un alto en el camino para fortalecer el espíritu, máxime cuando existe vulnerabilidad y se piensa que no hay protección.

Posteriormente, rezaron un padre nuestro y oraron por ella y todas y todos los que no han podido localizar a sus familiares.

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