La Nueva Cultura Universitaria implementada en la BUAP, derivada del Plan de Desarrollo Institucional 2021-2025, tiene en su centro al estudiante. Debemos enfocarnos a garantizar su salud emocional, pues de nada sirven cambios académicos para su formación, si existen jóvenes que a diario quieren quitarse la vida, señaló la Rectora María Lilia Cedillo Ramírez, durante su participación en el panel ¿Disrupción o continuidad? El futuro de la universidad en la pospandemia, en el marco de la 36 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en esa ciudad.
En esta mesa de diálogo y reflexión sobre las transformaciones que deben impulsar las instituciones de educación superior por la pandemia del COVID-19, recordó que tras el recuento de los daños viene la etapa de construcción y las universidades tienen hoy la oportunidad de mejorar para conducir a los estudiantes hacia un futuro con mayor certidumbre.
En ese sentido, consideró que se vive una etapa de transición con tres ejes que definen el cambio en las universidades: laboral, digital y vital. El primero parte del aumento en el número de trabajadores que se jubilan, situación que se ha resuelto con contrataciones de profesores hora clase, lo cual debe tener una solución distinta. El segundo, aprovechar las ventajas tecnológicas que ofrecen las herramientas digitales, mismas que se probaron durante la pandemia, para retomar y definir el rumbo. Y, el tercero, revalorar la vida y la salud.
Sobre este último, refirió: “Debemos trabajar hacia un futuro donde los adultos necesitarán mayor atención y debemos preparar a los jóvenes para que tengan calidad de vida; es decir, no debemos descuidar los estilos de vida saludables y el cuidado de la salud para construir una sociedad sana”.
En esta mesa de reflexión, la Rectora de la BUAP participó con Fernando León García, presidente de la Universidad CETYS y de la Asociación Internacional de Presidentes Universitarios; Fernanda Llergo Bay, rectora de la Universidad Panamericana; Minu Ipe, directora General y vicepresidenta del Instituto Universitario de Diseño de la Universidad Estatal de Arizona; Juan Pablo Murra Lascuráin, rector académico del Tecnológico de Monterrey; y Guillermo Cisneros Garrido, vicepresidente de Iniciativas Globales de Berklee College of Music y director Ejecutivo de Berklee Valencia.
En la segunda ronda de intervenciones, la Rectora Lilia Cedillo Ramírez dirigió la mirada a un hecho: la pandemia cambió todo, incluidas las formas de trabajo. Los egresados de las instituciones de educación superior no trabajarán de la manera tradicional, como antes de la pandemia. Por lo tanto, es necesario modificar los programas académicos para vincularlos a los problemas y necesidades de la sociedad.
Aunado a ello, las nuevas políticas nacionales de educación están enfocadas a vincular a los estudiantes con sus entornos, para responder a las necesidades de la sociedad. Por ello, los primeros que deben cambiar son los profesores, quienes deben analizar si verdaderamente están formando a estudiantes que sirvan a la sociedad y a su entorno.
En este panel moderado por Ruth Padilla Muñoz, ex rectora del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, se mencionó que tras la pandemia por COVID-19 uno de los temores de las instituciones de educación superior del país es el retroceso. Ante ello, los panelistas repensaron los modelos de enseñanza-aprendizaje, cómo mejorar los resultados académicos, favorecer la inclusión, la innovación y el éxito estudiantil.
Se concluyó la importancia de focalizar no solamente los efectos negativos de este fenómeno, sino también analizar las oportunidades surgidas, recuperar la esperanza, revalorar la vida y enfrentar el rol de la universidad desde una mirada distinta.