Madeleine Albright describe en su libro: “FASCISMO. Una advertencia”, la naturaleza popular de los líderes fascistas (Mussolini y Hitler en principio) que acceden al poder a través de los medios democráticos, se debe en parte al uso maniqueo del lenguaje:

““Si avanzó, síganme; si retrocedo, mátenme; si muero, vénguenme.” Mussolini. [2]

La llegada de Mussolini se explica en gran medida por la crisis que vivía su país resultado del fin de la Primera Guerra Mundial, en la descripción de sus historias de vida, en sus inicios fueron figuras grises, sin claro liderazgo e incluso limitadas habilidades, pero un estilo y forma particular fue lo que los colocó en el escenario mundial.

“Sí a Hitler podía atribuírsele algún mérito, este no residía en la calidad de sus ideas sino en un extraordinario instinto para hacer realidad conceptos perversos. Donde otros dudaban o mostraban escrúpulos morales, él prefería actuar y en este sentido, consideraba la insensibilidad emocional como algo esencial.”

El elemento coincidente de Mussolini y Hitler (más acentuado en este último) es la falta de escrúpulos, la carencia de una brújula moral que guiara sus conductas. Patéticamente el no mostrar estos límites en su actuar les dio una posición de ventaja, frente a opositores e incluso integrantes de su propia ideología que al principio no siguieron esas premisas, que lamentablemente al normalizarse dieron pauta a los peores escenarios que propicio el genocidio decidido de una manera pragmática. Bien le llamó Hanna Arendt “la banalidad del mal”. La alerta que nos señala Madeleine Albright es una sentencia lapidaria:

“El fascismo no es una etapa excepcional en la humanidad, sino que forma parte de ella.”

Es importante señalar que el fascismo lejos de ser una etapa superada se manifiesta de manea latente en el mundo contemporáneo. El error es solo estudiarlo como un acontecimiento histórico a partir de la Primera Guerra Mundial o a través de los personajes destacados de le dieron origen. Si bien es menester hacerlo para identificar sus premisas, no debemos descartar a través de ellas como se rebobina en la etapa posterior a la terminación de la llamada Guerra Fría del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial y hasta la caída del muro de Berlín en donde se detonan los ingredientes que permiten que se haga latente esta forma de acceder al poder y mantenerse en este.

 “actúan en nombre de la nación…; es una dictadura de la democracia… Esta particular concepción también estaba calcada del plan de juego de los fascistas: un partido único, que habla con una sola voz, controla todas las instituciones estatales, se arroga la representación del pueblo y presenta toda la farsa como un triunfo de la voluntad popular.”

La coincidencia en los líderes contemporáneos que manifiestan una clara identidad con el fascismo, insisto, es su llegada con las formas democráticas que se crearon justo en respuesta a los excesos de ese mismo fascismo tiempo atrás. La diferencia es que ahora la mayoría de los votos con los que llegan se usa como carta abierta para convertirse en la “voz del pueblo” o de toda su nación. Además, se fortalece la existencia de un partido único como la apuesta clara de acceder al relevo de quien gobierna o la permanencia del líder y su grupo de allegados (con la farsa de partidos satélite que son más negocios familiares o de grupo que legitiman la supuesta competencia electoral).

“Los buenos no siempre ganan, sobre todo cuando están divididos y menos resueltos para la acción que sus adversarios. El deseo de libertad puede germinar en cualquier persona, pero también la inclinación a la complacencia, el desorden y la cobardía. Y perder tiene un precio.”

EL escenario idóneo para el fascismo es la división y la indefinición frente a estos escenarios, el costo: la irreversible erosión de los contrapesos al poder.

X @TPDI

Profesora Investigadora UAM Cuajimalpa. @uamcuajimalpa, @Yo_SoyUAM

[1] Profesora Investigadora Titular C de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa. Catedrática de Licenciatura y Posgrado en la Facultad de Derecho UNAM.

[2] Para profundizar consultar: Albright, Madeleine. FASCISMO. Una advertencia, PAIDÖS, México, 2020.  Las citas son de esa fuente.

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