La gira mundial Las mujeres ya no lloran ha sido para Shakira un viaje lleno de obstáculos. Cancelaciones, problemas logísticos, inconvenientes técnicos e incluso episodios de salud han marcado un recorrido en el que cada concierto parece convertirse en una prueba de resistencia. Sin embargo, este viernes y sábado, la cantante colombiana se reencuentra con su público en Miami, la ciudad donde reside desde 2023, y uno de los escenarios más esperados de su tour.
El Hard Rock Stadium será el epicentro de estas nuevas paradas, aún con entradas disponibles en reventa. Pero detrás de esta esperada actuación se esconde una cadena de tropiezos que ha puesto a prueba tanto a la artista como a su equipo.
Caos en EE.UU.: de Boston a Washington
El último capítulo de estos contratiempos se escribió hace apenas unos días. El concierto programado para el 31 de mayo en Washington fue cancelado debido a que la producción no logró llegar a tiempo desde Boston, donde también se suspendió una actuación prevista para el 29. La artista, visiblemente afectada, compartió un comunicado en el que lamentaba profundamente no poder estar con sus seguidores de la capital estadounidense.
El estadio Fenway Park, sede del concierto en Boston, aludió a “circunstancias imprevistas” sin mayores explicaciones, mientras que la promotora Live Nation fue más precisa y atribuyó la cancelación a “elementos estructurales que no cumplían con los estándares” de seguridad.
Por si fuera poco, el Departamento de Salud de Nueva Jersey inició en mayo una investigación tras un posible brote de sarampión en el concierto de Shakira en el MetLife Stadium, lo que añadió más presión al ya complicado panorama de la gira.
América Latina tampoco fue fácil
El recorrido por América Latina tampoco ha sido sencillo. En República Dominicana, su única fecha prevista para el 2 de abril fue suspendida por “problemas operativos ajenos a la artista”, sin mayores detalles. En Chile, dos conciertos previstos en marzo fueron cancelados por irregularidades en el terreno del Estadio Nacional, que representaban un riesgo físico para el equipo y el público. Las presentaciones se reubicaron y finalmente se llevaron a cabo en abril, con una fecha adicional como compensación.
En Colombia, su país natal, el espectáculo previsto para el 24 de febrero en Medellín también se vio interrumpido. La estructura del techo del escenario sufrió daños durante el montaje, lo que obligó a aplazar la actuación por razones de seguridad.
Y en Perú, el concierto del 16 de febrero tuvo que ser cancelado debido a dolores abdominales de la cantante, que fue hospitalizada la noche anterior. Afortunadamente, pudo retomar la gira al día siguiente, y la fecha cancelada fue reprogramada para noviembre.
Reprogramaciones desde el inicio
La gira comenzó ya con modificaciones: las fechas originalmente previstas entre noviembre y diciembre de 2024 en Estados Unidos y Canadá fueron postergadas hasta 2025 debido a la alta demanda de entradas y a la decisión de cambiar las sedes para dar cabida a más público.
Ahora, con todos estos desafíos detrás, Shakira se enfrenta a su próximo reto en casa. Las actuaciones en Miami no solo representan un regreso al escenario, sino también una oportunidad de reconexión con su audiencia, en una ciudad que la ha recibido como suya.
La barranquillera, que ha hecho de la resiliencia una marca personal, vuelve a cantar frente a miles con la esperanza de que, al menos esta vez, todo salga según lo planeado.