La imposición de aranceles por parte del presidente de Estados Unidos a los bienes
manufacturados en México no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, en 2025, estas
medidas han tenido un impacto particularmente profundo en la industria automotriz.

Los aranceles generan una presión extraordinaria sobre los costos de producción, ya que,
aunque el precio final de los automóviles está ampliamente determinado por el mercado,
un incremento significativo para compensar estos aranceles podría traducirse en una
caída considerable en las ventas. Como resultado, gran parte de este impacto es
absorbido directamente por las cadenas de suministro de las empresas.

Ante este escenario, la toma de decisiones informadas y oportunas, tanto a nivel
corporativo como gerencial y operativo, resulta fundamental. El equipo encargado de la
administración de riesgos debe asumir un papel central y aprovechar todas las
herramientas disponibles para anticipar, mitigar e incluso convertir la incertidumbre en
una oportunidad competitiva. Una de las estrategias más efectivas es el análisis de
escenarios y las pruebas de estrés. A través de modelos probabilísticos, las empresas
pueden simular diferentes panoramas, como aranceles del 5%, 10% o hasta 25%, y así
cuantificar el impacto potencial en utilidades, flujos de efectivo y competitividad.

La administración de riesgos debe ser dinámica y mantenerse de manera continua,
adaptándose a los cambios constantes del entorno. Publicaciones como el Financial Times
y The Economist han documentado cómo empresas líderes han respondido a la volatilidad
regulatoria incrementando inventarios estratégicamente en plantas estadounidenses,
diversificando proveedores y renegociando contratos con cláusulas de ajuste por
aranceles, así como reforzando el control de riesgos cambiarios mediante coberturas en
divisas. Para ello, las armadoras han debido ajustar su estructura organizacional, sus
cadenas de suministro y sus estrategias financieras.

Comprender el riesgo, en especial el de mercado, es clave en la industria automotriz, pues
la volatilidad en los tipos de cambio, las tasas de interés y los precios de insumos como
acero y aluminio, junto con la incertidumbre comercial, representan desafíos constantes.
En una industria con cadenas de suministro tan complejas y globales, ignorar este riesgo
no es opción.

Desde la crisis financiera global del 2007–2009, la administración de riesgos se ha
consolidado como un pilar estratégico en las grandes empresas. En contextos de
disrupción, como la pandemia o los aranceles de Trump, esta disciplina ha sido
determinante para la supervivencia y competitividad de la industria automotriz.
En este sentido, el papel del actuario es hoy más relevante que nunca. Gracias a su sólida
formación en estadística, modelación y análisis, los actuarios se convierten en

profesionales fundamentales para diseñar estrategias que ayuden a la industria
automotriz a enfrentar la incertidumbre. Más allá de identificar y medir riesgos, los
actuarios proponen soluciones que contribuyen a proteger la rentabilidad y la continuidad
operativa de las empresas, fortaleciendo su resiliencia y promoviendo el desarrollo
sostenible del sector.

La Licenciatura en Actuaría de la Anáhuac Puebla prepara profesionales capaces de
analizar escenarios complejos, anticipar riesgos y proponer soluciones que aporten valor
tanto a las empresas como a la sociedad en su conjunto. El programa se distingue por su
enfoque integral, en el que convergen excelencia académica, ética y habilidades
tecnológicas, todo bajo un liderazgo de acción positiva que reafirma en todo momento su
compromiso social.

Por el Mtro. Francisco Gilberto Morales Hernández
Docente de la Escuela de Ingeniería y Actuaría de la Anáhuac Puebla

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