Zapotitlán Salinas. Labrada entre las rocas, en el paraje de las Salinas Grandes, se halla la Capilla Enterrada. Su fachada es de adobe y se encuentra semidestruida. Su origen se desconoce, sin embargo, se estima que data del Siglo XVIII.

En el interior de esa misteriosa cueva, acondicionada por los frailes para evangelizar a la gente tras la llegada de los españoles, se aprecian restos de antiguas pinturas murales de carácter religioso con trazo sencillo en intensas tonalidades.

Según información recabada, ante la falta de estudios histórico-científicos al respecto, se considera que su esplendor corresponde al período pre-revolucionario, época en la que  Zapotitlán Salinas era una población pujante en términos económicos y comerciales por su abundante producción y venta de sal.

Se cree que dicho sitio era una especie de oratorio que poco a poco fue cubierto por los deslaves de los dos cerros que rodean la llamada Barranca Grande. Su antigüedad se remonta a por lo menos 200 años, lo cual no ha sido corroborado.

Las imágenes que se aprecian en las paredes y techos de este recinto religioso,  muestran escenas de la pasión de Cristo, el vía crucis, la crucifixión y la resurrección, entre otras de un estilo muy peculiar que invitan a la reflexión.

Por lo anterior, los lugareños hicieron un llamado a las autoridades encargadas de la conservación y restauración de monumentos con valor histórico-cultural para que presten atención a este tipo de construcciones centenarias y eviten su deterioro y/o destrucción total.

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