Del 16 al 18 de agosto, Tlaxcala será sede del Primer Curso Taller de Formación de Paramédicos Taurinos que desarrollará la organización Cirujanos Taurinos Mexicanos de la Sociedad Internacional de Cirugía Taurina.

El evento reviste máxima importancia cuando se trata de uno de los sectores de la fiesta que debe estar plenamente capacitado y listo para atender las lesiones que ocurren en el ruedo, e incluso fuera de éste.

En la entrevista que hoy se publica en la sección La Otra Fiesta del periódico Síntesis, el médico Jorge Uribe Camacho comparte reflexiones importantes respecto a la realidad del médico taurino.

Si bien la medicina taurina ha avanzado seriamente, también hay que aceptar que existen plazas de toros que no cuentan ni si quiera con una gasa.

En Tlaxcala no hay plazas de toros con una enfermería equipada para atender las emergencias que puedan surgir a partir de la herida producida por un toro.

Esa labor se ha sustituido por ambulancias que cuentan con el equipo necesario para poder atender a los lesionados, aunque habrá que preguntarse qué tan necesario sería tener un espacio físico permanente en por lo menos las tres principales plazas del estado, Apizaco, Huamantla y Tlaxcala.

Asimismo, ante la organización de festejos en comunas que no cuenta con una plaza de toros fija, se convierte en apremiante la necesidad de que las autoridades supervisen las corridas o festivales en plazas portátiles como hemos visto en varios municipios tlaxcaltecas.

Los toreros no pueden apostarle al “no pasará nada” para salir ilesos de una tarde de toros. El medico Jorge Uribe lo explica de manera adecuada, al afirmar que algunas plazas cuentan con el equipo médico más barato y poco especializado para atender emergencias provocadas por el siempre peligroso y mortal ganado bravo.

Pasado por agua

El sábado anterior se llevó a cabo la primera corrida de toros organizada por la Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala (UPET) que no obstante el aguacero que cayó en Apizaco, resultó un festejo atractivo para la afición.

Los toros fueron de la ganadería De Haro, casa ganadera que envió un encierro serio acorde a las expectativas de la divisa tabaco y oro del ganadero Antonio De Haro.

Los seis toros ofrecieron juego para el lucimiento de los seis espadas que en todo momento mostraron voluntad para agradar al público que se guareció en la parte alta de la plaza Rodolfo Rodríguez “El Pana” ante la pertinaz lluvia que no paró en toda la tarde.

El de Apizaco José Luis Angelino fue el que se llevó el triunfo al cortar dos orejas, que a la vez lo hicieron acreedor del trofeo que prometió la UPET al triunfador del festejo.

Tras la lluviosa tarde del sábado, se confirma que los toros con presencia y sobre todo con edad, cumplen con las expectativas de los públicos toristas que privilegian la conducta y figura del toro antes que cualquier cosa.

Los toros De Haro cumplieron con las premisas pero nos quedamos con ganas de ver un espectáculo a la altura debido a que la lluvia mermó esa posibilidad, pero eso, no fue culpa de nadie.

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