Al principio de todos los tiempos.
No había pobreza, propiedad privada,
moneda, empresas anónimas, ejércitos (solo contra
animales salvajes), diputados ni partidos políticos. Luego aparecieron las armas,
la moneda, la República y la mentira.
Así, surgió el capitalismo, donde casi todo tiene precio
porque en la humanidad prevalecen
las emociones por sobre la racionalidad.
Y ello es la causa del éxito de la globalización:
que lubrica como herramienta de poder la corrupción avalada por los reyecitos
y sus leyes para manipular la pobreza, la violencia,
la ignorancia, las enfermedades, el voto y el robo institucionales.
Por lo anterior, es que cada quien debe
asociarse con sus vecinos para vencer el individualismo,
la intriga y la debilidad frente a los gobiernos al “revés”
quienes actúan contra la sociedad y además,
con financiamiento de los propios oprimidos.
Esta es la ceguera social del posmodernismo
pagando para ser explotado por el “Estado inverso”
porque todo acto individual tiene una significación
política para sumarse a una realidad social construida
consciente o inconscientemente.
Y este es precisamente el juego: mantener a la gente
en la inconsciencia con vanalidades y vicios (obediencia, comprar, hacer)
imponiendo la cicuta a las universidades.
En este panorama usted que es: ¿vencedor, víctima o villano?;
¿libertador, opresor o súbdito?.
Pablo Hughes Reyes (Uruguay 1946)
En el dialogo en las aulas de Ciencias Políticas de la Uatx, una alumna cito a Lyotard y luego otra enriqueció la exposición, tema que me causo este interés.
Jean Lyotard (Francia 1924-1998 Wikipedia). Sus áreas de estudio fueron la epistemología (parte de la filosofía que estudia los principios y métodos del conocimiento), la comunicación, el arte, la posmodernidad, la literatura; la música, cine, la ciudad, el paisaje, lo sublime, y la relación entre estética y política.
Entre las influencias que Lyotard tuvo se encuentran: Immanuel Kant (Alemania 1724-1804, Karl Marx (Alemania 1818-1883), Friedrich Hegel (Alemania 1770-1831), Martin Heidegger (Alemania 1889-1976), Maurice Merleau-Ponty (Francia 1908-1961), Sigmund Freud (R. Checa 1856-1939 RU), Jacques Lacan (Francia 1901-1981), Ludwig Wittgenstein (Austria 1889-1951 RU) y Giles Deleuze (Fr. 1925-1995).
Polémico, afirmó (Madrid 1985) que: ni el marxismo ni el liberalismo pueden explicar la actual sociedad posmoderna, por lo que debemos acostumbrarnos a pensar sin moldes ni criterios. Eso es el posmodernismo». Nadie puede ser tan de la época, que pueda interpretar el todo y además, a través del tiempo por la inmensidad de la tarea y el cambio constante de la ciencia y las percepciones sociológicas. (Pablo Hughes. Uruguay 1946).
El otro gran ideal de la modernidad (Lyotard), que ha fracasado, es la búsqueda del mejoramiento económico, a través del trabajo; aunque el nivel de vida es en la actualidad superior al de hace unas décadas, podemos comprobar que el desarrollo ha provocado una crisis mundial de empleo y dejado fuera del circuito de la economía a diferentes sectores sociales.
Este problema, ¿convierte al talento humano y las ciencias en enemigos de la sociedad?; más aún, el mayor problema ético de la actualidad es el relativo a el trabajo, la producción y la distribución de los alimentos, debido a la inminente aparición de los “robots”, quienes también obedecerán a sus “patrones” una vez adquirida la ciencia por los capitales y ser convertida en tecnología como herramientas industriales y armas para someter a los pueblos, creadores de todas las ciencias. Esta es la contradicción entre humanidad-ciencia yo presión.
Este fracaso para la creación de empleos hombre-robots afectara el sindicalismo y la noción misma del trabajo. Ante este panorama, urgen nuevas modalidades de defensa humana contra los capitales destinados a la robótica sin medir los efectos en el trabajo, la solidaridad y la dignidad humana.
Por otro lado, Lyotard crítica al el ideal emancipador del marxismo, diciendo que se ha convertido dentro de la sociedad en policía política y burocracia cínica en los países del Este, perdiendo credibilidad en Occidente.
Acuñó el concepto de Economía Libidinal donde hace una crítica a la «falsa conciencia» de Marx y afirma que la clase obrera del siglo XIX disfrutaba el placer de ser parte del proceso de industrialización (sí, del desarrollo tecnológico; pero no de la explotación con jornadas de 20 horas ligadas a la miseria y las enfermedades).
Lyotard, afirma que ello se debe a la energía libidinal de las personas, que permanece oculta en intensas estructuras libidinales, enfrentándose a sentimientos y deseos nos obligan a alejarnos de las estructuras establecidas (religión, leyes, costumbres, etc.).
Así entonces Lyotard 1/, se propone la deslegitimación del marxismo como ciencia y como programa de emancipación ubicándolo como uno de los grandes relatos de la modernidad, relato de salvación que ha muerto y que “nadie” quiere sustituirlo. Aquí, el señor Lyotard, se fue al sótano del pensamiento con tal afirmación.
Esa afirmación, la realiza basado en los llamados “socialismos reales” con lo cual pretende explicar el giro de su derrotero intelectual al renegar del marxismo. Segun nuestro autor, Marx, oscilo entre dos modos de legitimación por medio de meta-relatos; es decir, entre el modo que tiene como sujeto a la humanidad o al pueblo y aquel que tiene como sujeto al espíritu absoluto de la especulación.
Finalmente, la filosofía postmodernista de Lyotard 1/ es desconfianza hacia los proyectos de la modernidad. Es una lectura crítica de la racionalidad occidental y es la desesperanza, pero sobre todo, es el vehículo teórico de adaptación al sistema global que antes combatía. 1/Lyotard y el meta-relato marxista. Ángel Estigarribia. Universidad Nacional de Asunción, Paraguay. 2003
Y ante todo esto, tal parece que el único valor de México para los gobiernos y la globalización es su posición geográfica cercana de los EUA, el petróleo y los recursos contenidos en el territorio. Lo demás no importa; son 125 millones de personas que tiene que comer lo que les pongan enfrente los corporativos nacionales y externos. Usted qué opina?.
Centro de Estudios Eduardo Galeano.
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