Pocos son los toreros que en nuestro país integran una lista de referentes en la fiesta brava, con base en la huella que dejaron entre la afición, por su toreo y por su forma de ser fuera del ruedo.
Aquellos que gozan de esa etiqueta, dejan el listón alto para las nuevas generaciones que ven en esos consagrados matadores, un ejemplo a seguir para lo que será su propia aventura taurina.
Uno de los máximos ídolos de la fiesta de los toros en México, es el matador Eulalio López “Zotoluco”, quien el cuatro de febrero de este año en La Plaza México se cortó la coleta ante un entradón como en las despedidas de las figuras de antaño.
La Otra Fiesta del Periódico Síntesis charló en exclusiva con unos de los hijos pródigos de la fiesta brava mexicana para compartir parte de lo que ha sido su vida a ocho meses de haber dejado los ruedos.
¿Qué extraña de su actividad taurina?
“Lo máximo era torear pero cerré un ciclo importante de mi vida, y ahora quiero disfrutar de mi familia, de la tranquilidad de mi hogar, ayudar a mi mujer en la fundación que tenemos.
Es una cosa difícil de dejar, fueron muchos años de profesión y claro que se extraña pero como fue una decisión muy pensada y asimilada no me ha costado. No he dejado de hacer ejercicio, hago mi vida normal, ya sin ese fin de semana de nervio y la responsabilidad de torear”.
El sábado pasado, el reconocido “Zotoluco” estuvo en la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero” para disfrutar de un sabroso festival en donde partieron plaza toreros tlaxcaltecas de la denominada época romántica del toreo.
¿Se disfruta distinto estando en el ruedo que en el tendido?
“Claro, en general la fiesta es bella y se disfruta de cualquier manera, pero para mí siendo torero el máximo disfrute era estando allá abajo, ahora me tengo que conformar con disfrutar desde arriba. Siempre me ha gustado ir a los toros, soy aficionado, trato de seguir aprendiendo y disfrutar de otra manera”.
El 19 de noviembre del 2016 en su última tarde como torero en Tlaxcala, Eulalio cortó orejas y rabo a un toro de Reyes Huerta al que lidió por nota, y recuerda aquella tarde: “fue el último de mi carrera en Tlaxcala, y que creo que al final le pude, él se fue sin el rabo y las orejas y yo entregué mi vida, es bonito haber salido bien en el último toro en esta tierra y ahora poder saludar a tantos amigos y parientes que tengo por acá”.
¿Le gustaría volver a ponerse el vestido de torear?
“De momento no, quizás el próximo año pueda torear algún festival, en estos momentos quise tomar un ayuno taurino, fueron 33 años de carrera, pero el año que entra si le echo afición tal vez me vista de charro o de corto para torear alguna cuestión benéfica”.
¿Qué ambiente dejo en la fiesta mexicana?
“Traté de aportar lo que creí que fue positivo en la fiesta de los toros, ahora hay una bajara buena de toreros y siento que los más jóvenes se están yendo por delante y de la mano de Joselito Adame que es el más importante en la actualidad. Ojalá que pueda mantener todo eso que en su momento a mí me tocó, que fue dar la cara ante los de aquí y los de allá”.
Actualmente, el matador en el retiro centra su atención en la Fundación Zotoluco AC a través de la labor altruista que ha podido beneficiar a miles de niños de escasos recursos y que tienen algún tipo de discapacidad.
Desde ahí y como dice la frase institucional de la fundación, el “Zotoluco” sigue dando capotazos de valor, por los más necesitados.
