Con tan solo 24 años de edad, José Abel Galicia Hernández fue diagnosticado con insuficiencia renal, derivado de que sus riñones no se desarrollaron de forma adecuada e incluso uno de ellos, ya se encontraba muy dañado.
A pesar de haber detectado algunos síntomas como dolor, fatiga y un color turbio en su orina, no tomó importancia a su salud, hasta que los dolores fueron más intensos e insoportables, lo que lo llevo a internarse de manera casi inmediata en un hospital privado, sin embargo su trabajo como jornalero le impidió solventar los fuertes gastos del padecimiento.
“Me hicieron estudios y me dijeron que ya requería diálisis, porque un riñón estaba bien y el otro ya estaba muy dañado, aparte ya me empezaba a inchar, en ese entonces yo no contaba con seguro ni los recursos suficientes, además de que me costó asimilar mi enfermedad”, indicó.
Posteriormente logró afiliarse al seguro social apoyado por un familiar y durante tres años durmió conectado a una máquina que lo ayudó a sobrellevar la enfermedad, pero su vida cambió drásticamente, dejó de trabajar, de comer sus platillos favoritos y de salir, además de que vivía con la incertidumbre del día siguiente.
Cuenta que le costó aceptar su padecimiento, pero apoyado por familiares, amigos y su pareja decidió acercarse con especialistas del Hospital Regional de Tzompantepec, y se anotó en la lista de espera para recibir un trasplante de riñón.
“Yo nunca pensé que iba a llegar (el riñón), porque la lista era larga, éramos 17 los que estábamos en espera, pero casi inmediatamente un 25 de julio me llegó la noticia de que había un riñón para mí, lo único que supe es que se trató de una mujer que falleció y sus hijos aceptaron donar sus órganos”, contó.
Al igual que José Abel, en México hay miles de personas con enfermedades crónicas que se encuentran inscritos en el Registro Nacional de Trasplantes, en espera de un órgano o tejido, mismos que solo pueden obtenerse mediante una donación, señala René Lima Morales, Director de Atención Especializada a la Salud, del O.P.D Salud de Tlaxcala.
“Hay enfermedades que como su nombre lo dice se llaman insuficiencias, una insuficiencia ya sea tanto orgánica como de tejido, su único tratamiento es suplir al órgano o al tejido, hay padecimientos que por su naturaleza tienen un tratamiento sustitutivo, ejemplo, la enfermedad renal en el que se utiliza la diálisis, la cual nos permite ganar tiempo, pero en los casos de córnea, hígado y corazón es más difícil por lo que se requiere un trasplante”, explicó.
A nivel nacional, informó, existe una lista de espera de más de 30 mil personas, de las cuales 18 mil requieren un riñón, sin embargo únicamente se llega a cubrir el 10 por ciento de los requerimientos de todo el país y aunque en Tlaxcala hay un panorama más alentador, aún existen resistencias entre la población que se deja llevar por mitos.
“Lo más importante no es el número que tengamos en la lista de espera, sino cuantas donaciones podemos tener que nos abatan tanto la lista estatal como la nacional, porque una vez que las donaciones que se tienen de carácter altruista cubren las necesidades en el estado, también se pueden brindar órganos a un ciudadano de otra entidad”, resaltó.
En este sentido, reveló que desde hace poco más de diez años, Tlaxcala ha registrado 30 donaciones cadavéricas, además de que se han obtenido un total de 109 órganos y tejidos procurados (corazón, riñones, hígado, córneas y tejido muscular esquelético, de igual forma se han realizado un total de 108 trasplantes de riñón en el estado.
La entidad cuenta con tres hospitales con licencia Sanitaria vigente para Donación de órganos y Trasplante Renal que son el Hospital General Regional de Tzompantepec “Lic. Emilio Sánchez Piedras”, el Hospital Infantil de Tlaxcala (HIT) y el Hospital General del ISSSTE.
Y en próximas fechas, la SESA, obtendrá licencia de funcionamiento para trasplante de córnea y buscará obtener licencia para trasplante de hígado para cubrir la demanda que existe en el sistema de salud, por lo que se dotar a los hospitales de infraestructura técnica y quirúrgica, para que se pueda realizar ambos procedimiento, sobre todo el del sistema hepático que es un trasplante de muy alta especialidad.
Sin embargo, recalcó que hace falta mucho por hacer para fortalecer la cultura de la donación de órganos y tejidos, es por ello que el sector salud impulsa campañas para concientizar e informar a la gente acerca de esta acción altruista que puede salvar la vida de hasta siete personas.
“Las campañas son para concientizar a las personas y sus familiares para que cuando llegue el momento ellos sepan que son donadores, es necesario acrecentar la cultura de la donación, rompiendo mitos, trabajando desde la niñez tlaxcalteca para que crezcan con la idea y con las ganas de querer ayudar a través de esta acción, explicarles que es un acto de amor para darle vida a otra persona”, los donadores son la piedra angular”, apuntó.
Detalló que existen dos tipos de donación:
Donación en vida, cuando una persona puede donar algún órgano o porción de órgano sin que afecte su salud, por ejemplo, se puede donar un riñón gracias a que el ser humano posee dos y es posible llevar una vida normal con uno solo. Este procedimiento requiere de una evaluación médica del posible donador vivo, para corroborar la compatibilidad y descartar cualquier riesgo sanitario para el propio donador y para el receptor.
Donador cadavérico que se divide en dos grupo: por muerte encefálica, en este caso es fundamental la rapidez del proceso, pues en la muerte encefálica el corazón continúa latiendo durante algún tiempo, lo que permite que los órganos se conserven en funcionamiento. En caso de que exista paro cardiaco se disminuye la posibilidad de donar algunos órganos y únicamente podrá donar tejidos.
La mayoría de personas que recibieron un trasplante, destacó, han continuado su vida de manera normal, aquellos que recibieron la donación siendo muy jóvenes a la fecha cuentan con una profesión, trabajo o hijos.
Para ello, previó al trasplante se lleva a cabo un protocolo donde se les hace una valoración psicológica y social, donde además de conocer si son aptos para la cirugía, se les re instruye sobre los cuidados que deben de tener después del trasplante para que parcialmente se reintegren a la sociedad con una buena calidad de vida.
En el caso de Abel, quien actualmente tiene 27 años, antes de recibir el trasplante decidió casarse con su novia, Ana Teresa Díaz Pérez, quien en todo momento lo acompañó en su proceso de recuperación, y aunque señala que no ha sido fácil este proceso debido a que tuvo que cambiar muchas cosas en su vida cotidiana, como dejar de consumir carne de puerco, refresco o bebidas alcohólicas, esto no lo cambiaría por la oportunidad de seguir con vida, además de que desea procrear una familia.
“El tratamiento es para toda la vida, consiste en tomar medicamento, llevar una buena dieta, doy gracias a dios por este regalo que me dio, cambió mi forma de ver la vida y pienso que una gran persona me donó este riñón y me toca cuidarlo mucho”, expresó.
Destacó que tras pasar por esta situación su familia se ha sensibilizado y la mayoría de ellos se han inscrito como donadores voluntarios, aprovechó para hacer un llamado a la sociedad en general para que se den la oportunidad de regalar vida de forma altruista y desinteresada a través de la donación de órganos y tejidos, acción que se conmemora a nivel mundial cada 26 de septiembre.