A pesar de que Tlaxcala cuenta con uno de los Festivales de Títeres más importantes a nivel nacional e internacional y que el legado de la familia Rosete Aranda es conocido por muchos, el espectáculo que hasta hace unas décadas era uno de los preferidos por los niños, poco a poco desaparece, así lo refiere Cristián Huerta Montiel, titiritero de la compañía Jisertiel.
Con 32 años de edad y nueve años inmerso en el mundo de las marionetas, Cristián, cuenta que su amor por este arte le nació desde muy pequeño, tras acudir a una presentación en su natal Huamantla, hoy comparte su historia con Síntesis.
“Tenía como cinco años cuando yo los vi por primera vez, recuerdo ese sentimiento de alegría y emoción al ver como los personajes se movían sin que hubiera un vínculo humano como tal, y eso me despertaba mucha curiosidad, en ese entonces no comprendía como era posible que los muñecos tuvieran expresiones corporales tan reales; quería saber cómo funcionaban esos mecanismos”, recordó.
El también artesano, confesó, que jamás imaginó que su atracción por estas pequeñas figuras de madera lo llevarían a presentarse en importantes teatros de la República Mexicana, puesto que él estudiaba música a la par de Ingeniería en Electromecánica y una vez que concluyó su preparación, decidió seguir su verdadera vocación.
Nuestro orgullo tlaxcalteca, tuvo sus primeros acercamientos formales a través del taller de títeres Jerónimo, donde aprendió a esculpir pedazos de madera inerte, para después darles vida a través de unos largos hilos, estratégicamente atados a una barra.
“Ahí empecé a tallar y construir marionetas, la manipulación la aprendí por mi cuenta y de ahí, fui perfeccionando la técnica, actualmente traigo la escuela de los Rosete Aranda, los sistemas que utilizaban ellos los fusione con otros, para darle más realismo a los movimientos”, compartió.
En un principio, sus padres se mostraron en contra de su decisión de dedicarse de lleno a los títeres, pero ahora comparten con él, la pasión por este arte e incluso han aprendido a crear sus propias marionetas.
Huerta Montiel, se ha presentado en por lo menos cuatro estados y en últimas fechas, recibió invitaciones para participar en festivales en Illinois y Atlanta, en el país vecino de Estados Unidos.
“He ido a Oaxaca al Teatro Macedonio Alcalá, al Teatro Juárez, me he presentado en su plaza principal y en 200 municipios de ese estado, en el caso de Puebla lo hemos recorrido casi todo, Hidalgo, San Luis Potosí y en distintos municipios de Tlaxcala”, detalló.
A lo largo de su carrera, ha creado decenas de marionetas, algunas para comercializarlas y 80 son de uso personal que forman parte de cuatro diferentes cuadros, entre las que destacan “La Huamantlada” y “El Circo”, esta última es con la que participa por vez primera en la edición 33 del Festival Internacional de Títeres Rosete Aranda.
“No participe en las ediciones anteriores, porque tenía la ambición de presentar la obra del circo y lo pude hacer hasta que tuve a todos los personajes, tarde tres años para preparar este cuadro”, reveló.
La magia reside en la destreza y habilidad de los titiriteros, dijo, al cuestionarle como es que logra atraer la atención del público más exigente: los niños. También, destacó que cada marioneta tiene sus propias características y personalidad, lo que los hace únicos como a las personas.
Reveló que aunque Huamantla es conocido como la cuna de los títeres, quedan pocos artistas de marionetas, entre ellos el taller de títeres Jerónimo y La bruja, atribuye la falta de titiriteros a las extensas horas de trabajo que requiere este oficio.
“Yo he tenido muchos aprendices, pero se han ido, porque este tipo de arte requiere de tiempo y dedicación, eso es lo que los aleja, no tienen ese compromiso, esa vocación”, señaló.
Además de que los pocos artistas de los hilos que quedan, luchan contra la tecnología que se ha robado la atención de muchos infantes, por lo que han optado por incluir innovaciones en sus obras que nuevamente despierten la imaginación de los niños.
Este jueves 25 de octubre llega a su fin el 33 Festival de Títeres Rosete Aranda, pero no la magia de las marionetas de la compañía Jisertiel, quienes durante todo el año, trabajan para llevar diversión a los hogares.
“Los títeres son la alegría de los niños y el recuerdo de los grandes, yo quiero que sepan que detrás de los títeres hay mucha historia, pido a los papás que rescaten este arte que es muy apreciado en otros países, por la magia que encierran”, concluyó.