Durante las fiestas decembrinas, muchas personas adornan sus hogares con pinos artificiales los cuales en su mayoría están elaborados con materiales que contienen policloruro de vinilo o PVC, un plástico no reciclable, por lo que pueden llegar a contener elementos tóxicos, de ahí que la Comisión Nacional Forestal (Conafor) recomiende adquirir un árbol de navidad natural al ser una práctica más sustentable.
A nivel nacional, en los últimos seis años esta dependencia ha apoyado a 431 productores de 19 estados para el establecimiento de 5 mil 172 hectáreas de árboles de navidad, para la temporada decembrina se ponen a la venta más de 466 mil ejemplares.
El Estado de México y la Ciudad de México encabezan la oferta y producción con 200 mil y 160 mil 884, respectivamente, las otras demarcaciones que también tienen plantaciones son Veracruz, Puebla, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Jalisco, Coahuila, Morelos, Querétaro y Tlaxcala.
Con una producción de más de siete mil árboles, la entidad tlaxcalteca ocupa el sexto lugar nacional en producción, dichas plantaciones se ubican en tres municipios: el grupo Empresarial Navitlax, es el principal productor con seis mil ejemplares de ayacahuite plantados en Acopinalco del Peñón, municipio de Tlaxco, seguido de La Fiscala en San Antonio Atotonilco, municipio de Ixtacuixtla con mil árboles y Enrique Vázquez de Panotla con 250 árboles.
Las especies más comunes que se producen en México son: Pinus ayacahuite (pino blanco o pino vikingo), Pseudotsuga menziesii (pinabete), Pinus greggii (pino prieto), Pinus cembroides (pino piñonero), Abies religiosa (oyamel), Picea sp. (picea) y Cupressus lindleyii (cedro blanco), si bien éstos tardan entre 6 y 10 años en crecer, en las plantaciones avaladas por la Conafor se plantan de tres a cinco árboles por cada uno que es cortado.
Además de que, una vez que concluya la temporada navideña algunos ejemplares pueden ser trasplantados siempre y cuando cuenten con su raíz, en caso contrario pueden convertir en composta que sirve de abono para futuras reforestaciones o se utiliza para crear artesanías.
La Conafor destaca que este tipo de plantaciones contribuye a reactivar la economía en las áreas rurales ya que genera empleo permanente, promueve la utilización de terrenos sin cobertura forestal o de reconversión productiva, además de que su establecimiento desalienta la extracción clandestina de árboles pequeños de los bosques naturales.