En un mundo y tradiciones dictadas por hombres, ha sido complicado el andar de Melina Parra en torno al toro, pues desde temprana edad, tuvo la firme convicción de ser matadora y ahora lo ha logrado.
Origen
Oriunda de Toluca, Estado de México y avecindada en Tlaxcala por más de quince años, relató que la música fue uno de los aspectos principales que la llevaron a acercarse desde los cuatro años al arte taurino.
Su abuelo y su tío, músicos y compositores destacados, de origen español, personas destacadas como mariachis, fueron quienes le inculcaron el gusto por la fiesta brava.
Recordó ver a su abuelo con las crónicas taurinas y carteles de toros, mismos que le encantaron desde el primer momento.
“Llegué a Tlaxcala como a los cuatro años y cuando iba a la secundaria ya me escapaba a la plaza de toros para ver a los toreros mientras entrenaban, el maestro no me dejaba estar cerca por que decía que le distraía a los toreros, entonces no me quedaba otra que estar escondida”.
Inicié invistiendo
Desde los once años, recordó que logró entrenar en la plaza Jorge Aguilar “El Ranchero”, “entrenaba a las cinco y media y entrenaba una hora y media porque tenía que regresar a la escuela, entonces hice una campaña dramática porque mi mamá no se tenía que dar cuenta”.
Sonriente recordó que tenía que esconder su capote de la vista de su señora madre, pues no estaba de acuerdo con el camino que desde ese momento ya iniciaba.
Buscando aceptación
En tientas efectuadas en diversas comunas, “haciendo plato es como conseguí mi primer capote, me daban unas revolcadas tremenda las vacas y me decías que si no me paraba de frente a la vaca de nuevo, esto no era para mí, entonces, lo que menos quería es que me rechazaran”.
Protectora de la feminidad
Melina remembró que en esos momentos una de las condicionantes como mujer, para ingresar al toro era dejar de ser femenina, olvidar el rosa, el tul y el maquillaje, para ser más un hombre.
“Todo lo que se me pidió para ser torero, lo hice, me costó mucho, no juzgo, porque lo he visto en otras niñas que quieren ser torero y no pasa nada, aguanté un año así, de un lado a otro evitando el rechazo”.
Luego de correr del ruedo capitalino al salón de clases, el maestro Jesús Villanueva la llamó al ruedo de la Monumental de Apizaco para entrenar de lleno con él y sus demás pupilos.
“Fui a la cita y recuerdo que me quedé como medio año e iba en la mañana y en la tarde, se me complicaba porque trabajaba por las tardes, para esto ya tenía trece años y la formación en casa, me ayudó para ser fuerte en los toros”.
Tardes cuajadas
Como becerrista recordó que le pusieron de frente a una vaca bien presentada, a la cual le cortó dos orejas en lo que fue su primera lidia completa, logro que dijo entre risas, “le reclamé a mis compañeros que me trataron mal, que no me querían, con esto les demostré que son aguerrida y decidida”.
Luego de brincar a la etapa novilleril, en el cual Melina estuvo cerca de seis años, los duendes la acompañaron en tardes de logros importantes en Perú y demás lugares de Centroamérica.
Pues gracias a la complicidad que logro entre los novillos y ella, cuajó tardes redondas que le llevaron a la aceptación del respetable que vio en ella a una exponente con feminidad y tendencia clara al momento de correr la mano frente a los astados.
Ahora, ha pasado un año de que tomó la alternativa y se siente contenta a pesar de estar alejada de los ruedos, pues se ha decido a terminar su carrera en arquitectura, la cual ejecuta en la Universidad Metropolitana de Tlaxcala.
“Reto que pretendo terminar bien, porque no me gusta dejar nada incompleto, luego de terminar pretendo confirmar mi alternativa en la México, me han dicho que las puertas están abiertas, pero previo a ello, me voy a preparar para estar a la altura”.
Para finalizar, dejó un mensaje a los antituarinos, a quienes les dijo, que merecen educarse y evitar juzgar algo que no conocen, dijo también que son personas con dinero que deben preocuparse por cosas que valgan la pena y pidió que dejen en paz a las minorías, en este caso a los toreros y a la bella afición.
De igual forma, agradeció a la tierra tlaxcalteca que le ha abierto las puertas, al igual que la gran mayoría de ganaderías bravas, gracias a las que logró torear buriles con casta y trapío, propios del encaste tlaxcalteca.
Además dijo, se requiere un cambio en los toros para que las mujeres decididas como ella, tengas las puertas abiertas para conseguir su sueño de estar de frente a un toro bravo.