El regalo que los Congresos estatales le dieron a los combativos profesores de la Coordinadora Nacional de la Educación (CNTE) fue una manzana envenenada: tras haber sido aprobada por 17 legislaturas estatales, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión declaró como constitucional la reforma educativa promovida por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el mismo 15 de mayo, Día del Maestro.

El martes 14 de mayo ya se habían contabilizado las 17 legislaturas estatales que se requerían para darle ese estatus. Pero contradictoriamente, los profesores de la CNTE se aprestaban a salir a las calles para celebrar su día con marchas y plantones. ¿Cómo, si de acuerdo al gobierno federal la nueva reforma educativa borraba de un plumazo la que Enrique Peña Nieto? ¿Cómo, si en las declaraciones de gobierno y CNTE el deseo de acabar con la Ley General del Servicio Profesional Docente era uno de sus puntos de concordancia?

Aquí las estimaciones de lo que podía significar la reforma lopezobradorista eran radicalmente distintas. Mientras el gobierno federal continuaba con su señalamiento que, con el nuevo ordenamiento había sido aniquilada totalmente la-mal-llamada -reforma-educativa, para los maestros combativos la nueva reforma representaba un 90 por ciento de la heredada por Peña Nieto. La disparidad entre estas dos posiciones es tan diferente que algo raro tendría que estar pasando.

No era el único signo de divergencia. Cuando el pleno del Senado aprobó en lo general el dictamen de la reforma, resultó avalada por mayoría abrumadora. El PRI celebró la determinación, lo que sin duda fue raro, porque de acuerdo con la mayoría morenista, la votación sepultaba a la mal-llamada-reforma-educativa. No obstante, la bancada del Senado del PRI declaró vía Twitter, que “los cambios realizados por la @Mx_Diputados a la #ReformaEducativa, nos brindan un documento más completo construido en la pluralidad pues recoge nuestras inquietudes y las de miles de mexicanos. Sin duda, esta reforma será una evolución de la aprobada en 2013″.

¡Quién los entiende! Para la CNTE se trata de una “ley parchada” y no tendría una gran diferencia con su antecedente peñanietista. Nuevamente, cuestión de interpretaciones: desaparece el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), pero será sustituido por el Centro Nacional para la Revalorización del Magisterio y la Mejora Continua de la Educación. Se crea un Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros y por mucho que esto suene a autoritarismo, la Federación tendrá la rectoría del mismo. Y aunque muchos profesores hubieran deseado que no hubiera evaluaciones, resulta que sí las habrá, aunque no serán “punitivas ni obligatorias para los maestros”.

Sólo el PAN señaló que la bien llamada reforma educativa de la cuarta transformación representaba una serie de concesiones al “chantaje” de la CNTE. Pero esto puede deberse a que se han tomado muy en serio el papel de oposición.

Lo único cierto es que una promesa (así sea de campaña) que no se cumple al cien por ciento, no se considera cumplida.La manzana envenenada

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