De acuerdo con un informe especial sobre linchamientos ocurridos en el país elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el estado de Tlaxcala fue integrado a una lista de entidades en las que se considera que el linchamiento se encuentra en un rango alto.
Según los datos que publicó la comisión en su informe, los estados que ocuparían un rango alto de presencia de linchamientos o violencia social de este tipo son: Morelos, Chiapas, Tabasco, Veracruz, Tlaxcala e Hidalgo.
La CNDH establece que esas entidades del país no estaban integradas hasta hace unos años entre aquellas con casos preocupantes de linchamientos, sin embargo, advierte, “se ha incrementado y se ha difundido en algunas regiones donde el empobrecimiento va creciendo”.
Una tabla de los casos de linchamiento que se han registrado en el país, muestra que 188 municipios concentran un total de 336 episodios de ese tipo, únicamente en el periodo de 2015 a 2018.
En la lista se encuentran los municipios tlaxcaltecas de Hueyotlipan y Tlaxcala con dos casos cada uno; Ayometla, San Pablo del Monte, Santa Isabel Xiloxoxtla, Tenancingo, Tepeyanco, y Zacatelco, con uno, para dar un total de diez linchamientos en cuatro años.
Cabe señalar que con base en la información que publicó la CNDH, los delitos contra el patrimonio como el robo en cualquiera de sus modalidades, son la primera causa de linchamientos o intento de esa acción.
Sin embargo, a la lista de motivos que llevan a la población a cometer linchamientos, también se suman otros delitos como presuntos secuestros y abusos sexuales.
“El alto porcentaje que presenta el robo, se debe a que en este tipo de delitos es más factible atrapar a la persona en flagrancia, es decir, en el momento justo de la comisión del delito o bien con la evidencia en mano”, señaló.
Incluso, la misma comisión reveló que en el estado de Tlaxcala hubo un incremento en el número de población que decidió invertir en medidas para protegerse de la inseguridad, lo mismo en candados que en rejas, bardas y hasta cámaras de videovigilancia.
“Aunque estas personas no necesariamente están dispuestas a participar en un linchamiento, sí permite visualizar la predisposición de las personas en las comunidades a organizarse ante el temor de ser víctimas de un delito”, dijo.