Debido al daño que todavía presentan 53 inmuebles religiosos en Tlaxcala, a causa de los sismos pasados, el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Tlaxcala, José Vicente de la Rosa Herrera, refrendó el llamado a moderar el uso de pirotecnia cerca de estas zonas.
Aseguró que esta instancia hace recomendaciones a los párrocos y la feligresía cuando solicitan sacar las imágenes religiosas para peregrinaciones, entre las que se encuentra la no utilización de artefactos explosivos.
“Que si bien es cierto, esto forma parte de las tradiciones y buscamos conservar, también en cierto que general, por el número de decibeles daños a los inmuebles que tiene entre 300 y 400 años”.
Refirió el director del INAH en Tlaxcala que en general, han contado con una buena respuesta parte de los involucrados en el uso de pirotecnia, sobre todo con los párrocos y en el mismo obispado.
Quienes se han mostrado solidarios con esta medida que de cierta forma apoya a la conservación de los inmuebles religiosos que existen en el estado y que permanecen dañados.
“Todo es parte de una suerte de reeducación ciudadana y en la medida que cada uno de los organizadores de los festejos religiosos lo entienda, tendremos menos circunstancias de naturaleza coercitiva o de otro tipo”.
De la Rosa Herrera consideró que se trata de informar y formar a las comunidades y que estas a su vez tomen conciencia sobre la conservación de los templos religiosos mediante el uso moderado o incluso eliminar las detonaciones de pirotecnia.
En este mismo sentido, encaminado a la conservación de templos, el titular del INAH en Tlaxcala, comentó que derivado de la temporada de lluvias de este año, se han dado a la tarea de cubrir con lonas los edificios dañados.
“En los que están dañados hemos tomado acciones para cubrirlos con lonas, principalmente donde registramos fisuras más marcadas y es parte de un programa que denominamos Previnah, que es prevención de desastres, ya sean naturales o antropogénicos”.
Sobre esto, dijo que una de las labores en las que se enfocan, es precisamente la prevención de desastres y el deterioro causado por la huella humana, caso que ejemplificó con las pirámides de Xochitécatl, donde hacen avisos para evitar que estas edificaciones sufran daños en el estuco y estructuras a causa de las miles de pisadas de los paseantes.
Para finalizar, es preciso recordar que 53 inmuebles se mantienen dañados y al momento se han invertido en el estado 50 millones de pesos, provenientes de la bolsa institucional y del Fondo Nacional de Desastres (Fonden).
En próximas fechas se esperará una cantidad similar que sumaría un total de 100 millones de pesos invertidos para la conservación y rescate de retablos, cuadros, objetos religiosos con una inversión de 45 por ciento del presupuesto total y bienes inmuebles dañados por los sismos con el resto del recurso.