El jueves de la semana pasada y aprovechando la visita de Andrés Manuel López Obrador al estado de Jalisco, la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) perteneciente a la Universidad de Guadalajara, que por demás está decir, es la universidad pública estatal mejor evaluada en México de acuerdo con el QS World University Rankings 2019, entregó un proyecto complementario a las denominadas Universidades para el Bienestar Benito Juárez, “instituciones educativas” que forman una de las principales apuestas en materia educativa de acuerdo a lo señalado en la cuartilla del Plan Nacional de Desarrollo que aborda el tema.
A pesar de que se han destinado más de mil millones de pesos para estas universidades, e incluso el Presidente de la República se atrevió a decir que “es como si creáramos otra UNAM en los pueblos más pobres”, en los últimos meses se han generado señalamientos por parte de académicos, políticos y analistas pertenecientes a distintos diarios, en el sentido de que varias de las mismas se encuentran en sedes temporales, con alumnos aglutinados en espacios pequeños, planes de estudios diseñados en tiempo récord, profesores elegidos en un mes y capacitados en una semana, con carreras que en su mayoría no cuentan con acreditación oficial de la Secretaría de Educación Pública.
En este contexto, la FEU resaltó la importancia de ampliar la matrícula de estudiantes a nivel nacional, pero siempre tomando en cuenta algo que es indispensable: la calidad educativa. Mediante el proyecto presentado por el presidente de la organización estudiantil, se pretenden abrir cien mil espacios en las universidades públicas a nivel nacional, mismas que a diferencia de las Benito Juárez, ya cuentan con planes de estudios desarrollados e infraestructura (aunque en algunos casos es carente, pero es una situación que busca atacarse mediante el proyecto de esta asociación).
Otro aspecto que resulta interesante en este proyecto es que se propone una modalidad denominada como “Blended learning”, lo cual implica que los estudiantes sólo asistirían a clases presenciales los viernes y sábados, teniendo disponibilidad a lo largo de la semana para realizar otras actividades mientras siguen estudiando en línea.
Tanto el proyecto de las universidades Benito Juárez como el complementario presentado por la FEU, nos permiten vislumbrar que en efecto, Andrés Manuel López Obrador tiene razón al señalar que hay sectores de la sociedad que han sido abandonados; sin duda alguna existen comunidades tan marginadas en este país que no pueden tener acceso a la educación, situación ante la cual se debe actuar, sin embargo, debemos ser conscientes de que es indispensable garantizar una educación de calidad como lo señala el artículo 3º constitucional, la cual no se va a obtener mediante ocurrencias; de muy poco sirve formar “profesionistas” con bases endebles.
Aunado a lo anterior, en la actualidad la universidad no debe entenderse únicamente como un lugar donde se adquieren una serie de conocimientos técnicos, sino que también funge como un espacio de reflexión respecto a múltiples problemáticas sociales. En este sentido, el pronunciamiento de la FEU es oportuno, e incluso nos lleva a generar la siguiente pregunta: ¿no hubiera sido mejor que el gobierno dialogara con rectores y demás consultores expertos de las universidades públicas y privadas de mayor prestigio en nuestro país con la finalidad de idear un plan conjunto que verdaderamente permitiera llevar educación de calidad a las comunidades que más lo necesitan?