El estado de Tlaxcala accederá a una inversión global de 15 millones 534 mil 160 pesos, como parte del Programa Nacional de Reconstrucción (PNR) que abrió su convocatoria 2019 para aquellos sitios o monumentos históricos, que hayan sido afectados por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Se trata de un programa operado por la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura del gobierno de la República, que a nivel nacional contempla para este año 280 proyectos de restauración.
De esa cantidad, un total de 19 corresponden al estado de Tlaxcala, los cuales tienen diferentes montos de inversión de acuerdo con las características de los daños que concentren en su estructura.
En la lista de 19 proyectos que se ejecutarán en la entidad destacan los municipios de: Cuapiaxtla, Calpulalpan, Ixtacuixtla, Tlaxcala, Totolac, Chiautempan, Huamantla, Españita, Papalotla, y Xiloxoxtla.
Entre los proyectos que más recursos recibirán por parte de la instancia federal, destaca la Restauración en Estación Huamantla, de la cual no se ofrecen más detalles, y que tendrá la inversión más alta con dos millones 700 mil pesos.
También destaca la restauración a la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero” con dos millones de pesos; con un millón 650 mil pesos, trabajos en la estación del ferrocarril en Chiautempan; y un millón 265 mil pesos para trabajos de restauración en el Hospital de la Encarnación en la capital.
Además, habrá un millón 200 mil pesos para el Exconvento Franciscano de San Felipe Ixtacuixtla; idéntica inversión para la restauración de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción en Tlaxcala; y un millón 100 mil pesos para la restauración de la capilla de Tepeticpac.
Hay que subrayar que dentro de las reglas de operación del programa, la Secretaría de Cultura estableció que en los lineamientos generales del Programa Nacional de Reconstrucción se analizarían diferentes aspectos para determinar la intervención del inmueble afectado.
“Se parte de un enfoque basado en la gestión integral de riesgo, no únicamente para la reparación o reconstrucción de los inmuebles, sino para desarrollar en las comunidades una cultura de la prevención, mitigación y recuperación, que permita disminuir la vulnerabilidad de las personas”.