La pérdida muscular avanzada, o sarcopenia, afecta a uno de cada tres adultos mayores de 40 años, lo anterior derivado del desgaste acelerado a causa de hospitalizaciones, enfermedades y pérdida de peso.
El cuerpo humano tiene más de 600 músculos en el cuerpo, lo cual representa alrededor del 40 por ciento de peso de una persona, es decir casi la mitad del cuerpo.
Mientras que el envejecimiento es natural, la pérdida de masa muscular no lo es e impacta de manera directa en la movilidad, la fuerza y los niveles de energía, el sistema inmune e incluso en la función de los órganos.
Como los músculos están intrínsecamente ligados a muchos sistemas, una investigación publicada en la revista de Medicina para Cuidados Post Agudos y a Largo Plazo, señala que el estado de la masa muscular de una persona es un mejor signo de la salud en comparación con el Índice de Masa Corporal (IMC).
Son diversos los riesgos de perder demasiada masa muscular y si bien la pérdida muscular es común a partir de los 40 años, o al padecer alguna enfermedad crónica, también es una alerta de que la salud podría estar en riesgo.
Uno de los factores son las caídas y fracturas, que representan una de las principales causas de lesiones y muerte entre adultos, mientras que en México, son el 30 por ciento de la causa de muerte en las personas mayores de 65 años.
Otro factor es la movilidad que se refleja con la pérdida de fuerza que a su vez puede limitar la movilidad, resultando en una pérdida parcial o total de la independencia de una persona.
El peso, que refleja la masa muscular es el mayor determinante individual de la tasa metabólica, o de cuántas calorías quemas por día, asimismo se implica la salud cardíaca, pues el corazón es un músculo y la pérdida muscular puede impactar en la salud cardiovascular.
La resistencia a la insulina es otra dificultad que se refiere a que los músculos utilizan la glucosa en la sangre como combustible y por ende, la pérdida muscular puede aumentar el riesgo de resistencia a la insulina.
En cuanto a complicaciones hospitalarias se refiere, los pacientes con un porcentaje de masa muscular baja son propensos a sufrir lesiones por presión, infecciones y a menudo no pueden completar tratamientos físicamente exigentes como la quimioterapia.
Asimismo los problemas respiratorios impactan, pues para las personas con complicaciones respiratorias, la pérdida de masa muscular puede llevar a mayores complicaciones en cuanto al ejercicio de la función respiratoria.
Finalmente todo se traduce en la esperanza de vida en la que una mayor proporción entre músculo y grasa se relaciona con una mayor longevidad en adultos mayores, por lo anterior, es recomendable llevar una dieta balanceada y una rutina de ejercicio que ayude a mantenerte activo y fuerte, para seguir con rutinas diarias saludables.