Existen más de 200 especies de ardillas de acuerdo con información del Sistema de Información Taxonómica y suelen clasificarse en tres tipos: ardillas voladoras, ardillas arborícolas y ardillas terrestres.

 

La clasificación anterior cuenta con 50 géneros y 268 especies de roedores los cuales se pueden encontrar en prácticamente todos los rincones del mundo que cuenten con vegetación por lo que son una parte fundamental de cualquier ecosistema.

 

Uno de los rasgos más característicos de  esta especie es su cola y es justamente de este rasgo del que regularmente se desprende su nombre independientemente del idioma ya que se derivan del griego “skiouros” que significa cola de sombra.

 

La cola de las ardillas suele ser un factor de supervivencia para el animal ya que la ayuda a equilibrarse, le sirve para comunicarse, ayuda a mantener el calor durante el invierno y la protege de la lluvia.

 

Su olfato juega un papel trascendental dentro de su alimentación ya que este le ayuda a reconocer nueces maduras, saber si alguna bellota esta hueca o encontrar el alimento que han enterrado de forma previa.

 

Otro rasgo característico de su anatomía son sus articulaciones ya que en sus patas traseras cuentan con una articulación doble y sus tobillos pueden girar 180 grados mientras trepan lo cual les permite trepar arboles rápidamente.

 

Su tamaño suele variar mucho pues existe una gran cantidad de géneros dentro de la especie por dar un ejemplo: La ardilla más pequeña es la ardilla pigmea cuyo tamaño suele ir de los 7 a los 13 centímetros pesando tan solo 10 gramos y la ardilla más grande es la ardilla gigante de la india que llega a crecer 1 metro de largo alcanzando un peso de hasta 2 kilogramos.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here