Luis Manuel Vázquez Morales

“Ama la tierra en que naciste, pero ama más la tierra en la que creciste”.

Con esta frase de Rosalba Delgadillo se hace alusión a los sentimientos que emergen por los lugares donde se nace y donde se crece. Tal es el caso de muchos personajes que llegan a lugares distintos al de su nacimiento para desarrollarse de manera personal y profesional. En algunos casos, ellos sienten más orgullo por pertenecer a una sociedad tan rica en historia, costumbres y tradiciones como la tlaxcalteca; a tal grado que se les reconoce como parte su gente. En esta ocasión se abre el telón para conocer a una mujer que con sus aportaciones ha contribuido al conocimiento del pasado de Tlaxcala, la Arqueóloga Rosalba Dolores Delgadillo Torres, quien orgullosamente es parte de Las mujeres de mi tierra… Tlaxcala.

Tlaxcalteca por convicción, defeña de nacimiento, refiere que nació en el Barrio de Tepito. Recuerda con emoción que su padre fue médico y originario del Barrio de La Lagunilla cuando la Ciudad de México se acababa en la Garita de Peralvillo allá por 1904. Evocando los recuerdos menciona que su padre fue contemporáneo de José Vasconcelos, Diego Rivera y Frida Kahlo. En su formación como médico fue alumno del Dr. Gustavo Baz Prada y condiscípulo Miguel Alemán Velasco.

En sus palabras “mi papá se mueve dentro de un ambiente bohemio de la élite intelectual de principios del siglo XX; con posibilidades económicas estudia medicina pero a él no le gustaron las formas de esta gente porque tenían fama de comunistas y el no compartía estas ideas, era de otro tipo de filosofía social, él se da cuenta que estos intelectuales eran socialistas de abolengo y las clases pobres estaban allí, realmente era más un caché, algo de moda y él no compaginaba con nada de esta intelectualidad socialista de la época; entonces él se va para ser médico de pobres en el Barrio de Tepito, donde establece su consultorio”.

De la familia de su padre recuerda que fue nieta del maestro Daniel Delgadillo Gutiérrez pedagogo y autor del método de lectura y escritura «Leo y Escribo, «Poco a Poco» y «Adelante», con el que muchos mexicanos aprendieron a leer y escribir. Entre sus actividades destacan que fue Inspector técnico de Escuelas Primarias, Jefe de la Sección Técnica de la Dirección General de Educación, profesor de Geografía, Cosmografía, Ciencias Nacionales en la Escuela Nacional de Maestros; profesor de Geografía en la preparatoria, y de otras instituciones.

Cuando José Vasconcelos es nombrado Rector de la Universidad Nacional tiene un enfrentamiento con el Maestro Delgadillo, a quien no quiere en la universidad y le pide trabajar en la SEP. Como consecuencia de los diferentes enfrentamientos “mi abuelo ya no puede ser maestro y deja de ser maestro de Geografía en la Preparatoria”. Sentía un gran orgullo por estudiar con los métodos y libros de su abuelo. Fue un maestro mexicano que reclama reconocimiento.

Tuvo una buena educación en colegios religiosos. Recibió una formación tradicional en la que se les obligaba a leer mucho, poseer un vasto conocimiento de cultura general, de historia universal, literatura universal e iberoamericana. Estudió desde la secundaria en la Prepa 2, “me encantaba la geografía y la historia yo no sabía que existía la arqueología”. Ya en la preparatoria le entregaron unas entrevistas para seleccionar la carrera a estudiar, “le dije a la psicóloga que yo quería ser arqueóloga, pero en México no existe eso, así que me voy a conformar con ser maestra de historia”. Es ese momento le dicen “no, en México existe la arqueología y está la Escuela Nacional de Antropología e Historia en Chapultepec”.

Mientras todos sus compañeros querían ser contadores, arquitectos, médicos y abogados, algunos ingenieros “yo quería ser arqueóloga, me veían, así como rara”. Visitó la ENAH y quedó maravillada con el Museo Nacional de Antropología, el Museo de Historia en Chapultepec y la Biblioteca del Museo. Al ingresar a la ENAH tuvo un choque porque en las primeras clases les hablaban marxismo, de teorías económico-sociales, de los medios de producción, de las fuerzas productivas, “yo no sabía nada al venir de un bachillerato tradicional”. Persistió hasta que llegaron las materias de arqueología de México, arqueología universal, arqueología inca; y ya de ahí hasta que concluyó la carrera; fue generación 1974-1977.

A partir de este momento llega a Tlaxcala. “Llego a Tlaxcala por una cuestión totalmente accidental. Cacaxtla se descubre en 1975 y fue de gran impacto para la arqueología mexicana e incluso internacional. Los estudiantes teníamos que buscar a los maestros para armar los horarios. Así que para 1977 tomé la materia Métodos y técnicas arqueológicos II, se requería de un curso teórico y un curso práctico de un mes de excavación y fue en Cacaxtla. Nos acercamos a Daniel Molina que era uno de los directores del Proyecto Arqueológico por parte del Centro Regional Puebla Tlaxcala”.

Daniel Molina quedó encantado con la propuesta y preparó los temas, “no llevábamos ni un mes en Cacaxtla cuando ya se habían encontrado los primeros murales que están en la parte de arriba y famoso mal llamado Mural de la Batalla”. Se invita a los estudiantes a continuar participando en el proyecto para los años 77, 78 y 79. A finales de 1979 adquiere la base “todavía no había concursos de oposición, era por designación directa del director del centro de trabajo, en esa época estaba María Elena Landa Abrego como directora del Centro de Puebla Tlaxcala, un compañero antropólogo renuncia y pues me otorga parte de esa plaza; la otra parte de esa plaza fue para Andrés Santana que ya tenía un año participando en este proyecto y así es como llego a Tlaxcala, así es como llego a casa y pues aquí seguimos.

Pasó el tiempo y ya había hecho algunos rescates arqueológicos en San Martín Texmelucan, Tizatlán y en la Candelaria Teotlalpan; los materiales de Cacaxtla que se clasificaban en gabinete se exhibían en el Museo Regional de Puebla hasta que se crea el Museo Regional de Tlaxcala como parte del Centro INAH Tlaxcala con Yolanda Ramos en coordinación con miembros de la SGHEL de Tlaxcala. Durante la reinauguración del museo se encarga de dar la visita al secretario de turismo Carlos Hank González y al presidente Miguel de la Madrid.

Después del descubrimiento de la urna que se exhibe en el Museo Regional, para 1985 fue artífice de otro de los hallazgos más importantes de su carrera como arqueóloga, el descubrimiento del Templo Rojo con los murales de las cabezas de maíz, “estábamos cavando por atrás del mural, la orilla del pozo se cae hacia dentro del pozo y nos demos cuenta de que eran pedazos de murales… cuando vemos las cabecitas de elotes, estaban ahí las mazorcas, parece que lo acababan de pintar con unos colores bellísimos”. Por los trabajos de la techumbre en Cacaxtla se paran los trabajos en el Templo Rojo. Para 1988 regresó a culminar su descubrimiento por invitación del arquitecto Sergio Vergara Berdejo.

Después de este gran hallazgo se dedicó a clasificar cerámica, trabajo al que los investigadores del INAH no le quieren entrar y que ella disfruta mucho, ya que gracias a la clasificación se identifican piezas robadas; hace investigación arqueológica y trabajos de divulgación. Su interés por la historia nace gracias a la petición del director del Museo Regional Juan Pablo Navarro de investigar sobre la salida de las 401 familias tlaxcaltecas. Trabajo que ha continuado hasta la fecha al lado de su esposo Eduardo Herrera Lara con la identificación de familias de tlaxcaltecas en Estados Unidos.

Participó en entrevistas radiofónicas, en artículos de periódico y se empieza a involucrar cada vez más en las cuestiones históricas de Tlaxcala. Uno de sus trabajos más importantes fue su colaboración en la bella edición del Lienzo de Tlaxcala que coordinó Guadalupe Alemán y en la edición de divulgación del mismo documento que preparó Luis Manuel Vázquez Morales.

En sus palabras, llegó a Tlaxcala en una época de transición de un ámbito rural a una situación urbana. “Es precisamente en los años 70 que Tlaxcala da un triple salto mortal a la modernidad, entonces su mentalidad cambió drásticamente y los jóvenes salen a la Ciudad de México y a Puebla”. Percibió una influencia urbana en la forma de hablar y que transforma a los tlaxcaltecas.

Hoy pugna por un rescate de la arqueología, la historia, costumbres y tradiciones de Tlaxcala, que se quiten los estigmas. Lucha por que se arraigue una identidad y un sentido de pertenencia a lo que ella llama: Tlaxcala, su casa.

luis_clio@hotmail.com

@LuisVazquezCar

 

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