Luis Manuel Vázquez Morales
Las fiestas patrias del 15 y 16 de septiembre de 2020 pasarán a la historia por ser las primeras en mucho tiempo en las que no se lleva a cabo el tradicional Grito desde el balcón del Palacio Nacional en la ciudad de México. Al ser una fiesta de carácter nacional también en los estados, municipios y comunidades, los representantes de gobierno hacen lo propio para contagiar la algarabía entre gritos y aplausos que son iluminados por una pirotecnia tricolor que engalana el cielo mexicano.
Estas fiestas patrias fueron distintas, la situación sanitaria que se vive en el país y el mundo provocó que se interrumpiera una tradición que surgió a la par del movimiento insurgente, con la finalidad de guardar en la memoria las hazañas de los próceres de la independencia. La pandemia logró impedir algo que no pudieron hacer las turbulencias políticas del siglo XIX. Ni la invasión norteamericana de 1847, ni la instauración del imperio de Maximiliano pudieron frenar el fervor nacional.
Nada puede detener el afán festivo de los mexicanos. Así como las fiestas patrias de 1847 se llevaron a cabo mientras las tropas norteamericanas patrullaban las calles de la ciudad de México, las festividades del año 2020 tuvieron lugar en los hogares mexicanos, aun con las limitaciones del COVID 19.
Han pasado 207 años desde que José María Morelos y Pavón, durante la apertura del Congreso de Anáhuac, el 14 de septiembre de 1813, proclamará los Sentimientos de la Nación en la ciudad de Chilpancingo, actual estado de Guerrero. En este documento se planteó la independencia retomando los principios de la igualdad y la soberanía.
En su contenido se encuentra la esencia del movimiento insurgente. Permeados por las ideas ilustradas del siglo XVIII, donde el ideario francés trascendió las fronteras para que las nociones políticas de Voltaire, Rousseau y Montesquieu dieran forma a las independencias de los territorios americanos. Los novohispanos ya habían leído a estos autores, ya que sus obras habían llegado a la Nueva España pese a la prohibición de la corona española que impedía su circulación.
El ejemplo que fue la piedra de toque se encuentra en la independencia de las 13 colonias británicas, que, lideradas por Thomas Jefferson, George Washington, y Benjamín Franklin, declararon su independencia el 4 de julio de 1776, aunque fue reconocida hasta 1783, Estados Unidos de América fue el primer país del continente americano en ser libre y soberano.
El contenido de los Sentimientos de la Nación se refiere específicamente a la organización política, pero, así como establece la independencia de América, retoma los principios de la ilustración francesa al proponer la disolución del gobierno centralista para distribuirlo en tres poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. En lo que respecta a la religión, se reconoció a la religión católica como la única y oficial en los territorios americanos.
Un elemento que se puede considerar de carácter social y que instituyó José María Morelos y Pavón fue la conmemoración del 16 de septiembre como fiesta nacional para reconocer el heroísmo con que inicio el movimiento de Independencia encabezado por Miguel Hidalgo y Costilla y los capitanes Allende y Aldama.
A la letra, el artículo 23 dice: “Que igualmente se solemnice el día 16 de septiembre todos los años, como el día aniversario en que se levantó la voz de la Independencia y nuestra santa Libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se desplegaron los labios de la Nación para reclamar sus derechos con espada en mano para ser oída; recordando siempre el mérito del grande héroe, el señor Dn. Miguel Hidalgo y su compañero Dn. Ignacio Allende”.
Hay que recordar que la primera vez que se conmemoró el 16 de septiembre fue en Huichapan, actual estado de Hidalgo, en 1812 por el general Ignacio López Rayón. Por lo tanto, la proclama de Morelos se debe considerar como la pionera, ya que se instituye de manera oficial.
Aunque la conmemoración del 16 de septiembre se ha instituido como una fiesta de carácter nacional, a lo largo de la historia ha cobrado diferentes matices. Uno de los aspectos que cobra importancia es la celebración de esta fecha durante el gobierno de Porfirio Díaz que desembocó en el primer centenario de la independencia en 1910. Se sabe que el presidente adelantó la celebración al 15 de septiembre para que coincidiera con su cumpleaños.
Tuvieron que pasar algunos años para que el binomio que forman el Grito y el desfile militar se llevará a cabo de manera conjunta. Fue hasta 1930 que la noche del 15 de septiembre se conmemora el inicio de la guerra de independencia y la mañana del 16 de septiembre se realiza el desfile militar. Será hasta el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río que se establece que el desfile se deberá realizar año con año.
Actualmente el Grito y el desfile militar dan forma y sentido a las tradicionales fiestas patrias, mismas que fomentan un sentido de pertenencia e identidad para una sociedad en constante cambio.
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