Isabel Zamora Rojas, oriunda del municipio de San Francisco Tetlanohcan será la encargada de colocar este año la tradicional primera ofrenda para honrar la memoria de su señora madre quien lamentablemente falleció este año.

Para ella y para todos quienes atraviesan este proceso, la primera ofrenda tiene varios significados, desde el recordar a los familiares que fallecen así como la unión familiar, se implica la nostalgia pero sobre todo el cariño hacía esas personas que partieron de este plano terrenal.

La señora Isabel explicó que este año la primera ofrenda será dirigida a su madre, María Aurelia Rojas Rosete, así como a su padre quien partió años atrás pero no puede quedar nunca fuera de sus pensamientos, oraciones y recuerdo en estas fechas.
«Para nosotros la primera ofrenda significa estar con nuestros familiares, tener esa ilusión de que ellos (fieles difuntos) nos observan y que están con nosotros de manera espiritual y nosotros físicamente aquí dándoles cobijo unidos».

Señaló que desde semanas previas hacen los preparativos para colocar la primera ofrenda, que en algunas ocasiones requiere de inversiones fuertes de 30 mil o hasta 50 mil pesos para llevarla a cabo, pues es una tradición completa que implica compartir alimentos no solo con los difuntos, sino con las personas que los visitan para recordar a sus seres queridos.

«Las familias Rugerio Rojas y Zamora Rojas nos reunimos el día cuatro de octubre para tomar acuerdos y saber quienes se encargarán de cada cosa, desde lo económico, hasta el arreglo del altar y la preparación de la comida que le gustaba a nuestros difuntos».
Dijo que uno de los puntos fundamentales es saber qué tipo de ofrenda se va a requerir y los elementos que esta va a contener para que este 31 de octubre, inicien los trabajos de montaje para la tradicional ofrenda característica de San Francisco Tetlanohcan.
Posteriormente, relató que el día primero de noviembre en familia se realiza la espera para recibir a los seres queridos, momento que será aprovechado para que entre familias se distribuirá de nueva cuenta el trabajo para elaborar la comida a ofrecer en honor de los difuntos.

Este años decidieron elaborar mixiotes de res, tamales largos y mole, esto aunado a los elementos de la ofrenda como papel picado, dulces de temporada, flor de cempasúchil, sahumerios, velas y demás.

«Esta es una tradición que nos llena de orgullo porque nos hace recordar nuestras raíces y a nuestros seres amados. Los hombres hacen el trabajo fuerte y las mujeres hacemos la comida».

Asimismo, dijo que este primero de noviembre se realizará un rosario en honor a su madre y a los demás difuntos, evento que tendrá lugar antes de que salga el sol, pues esto es con la intención de invitarlos de manera espiritual y se alisten a llegar al mediodía y disfrutar de la ofrenda.

Para el dos de noviembre, amigos, conocidos y el resto de la familia arribará a este hogar a las doce del día a presentar la ofrenda en petates o «camitas» donde los visitantes depositarán las ofrendas que los vecinos y familiares ofrecerán a los difuntos de esta familia tlaxcalteca.

Chiquihuite, canastos, fruta, veladoras, pan de muerto y demás artículos son los que esta familia recibirá a nombre de la persona que lamentablemente falleció.
Por otra parte, destacó que para mantener esta tradición viva, se incluye a los más jóvenes de la familia para que ellos apoyen en el acomodo de la ofrenda y con ello aprendan sobre el elemento primordial de esta fecha en la que se recuerdan a los fieles difuntos.
Finalmente, para esta festividad dijo que la primera estimación era para recibir a un aproximado de 100 personas, sin embargo y derivado de la pandemia, estas podrían ser menos y aseguró, seguirán esta tradición pero con las medidas sanitarias para así mantener a la familia y visitantes seguros en todo momento.

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