Con sus inicios en los años 30’s el aseador de calzado, betunero o mejor conocido como bolero, es una de las profesiones de mayor historia en México, teniendo su apogeo en los años 40 cuando la gente solía salir a los bailes no sin antes pasar a lustrar los zapatos, mejor dicho en el argot mexicano “darse una boleada” “sacarle brillo al cacle”.
Los boleros se suelen encontrar en los zócalos de las ciudades o pueblos, pero también se acostumbraba que uno más vivo anduviera en los restaurantes, iglesias y oficinas con un cajón para bolear.
En la actualidad este trabajo honrado va perdiendo tradición ya que muchos jóvenes prefieren el calzado deportivo o renovar en poco tiempo. Muchos de los que siguen esta profesión empezaron de niños y han dedicado su vida a lustrar zapatos.