La tercera ganadería más antigua del estado, Atlanga, se fundó en 1890, mientras que la hacienda que le da cobijo nació en 1789, historia que hoy continua en este campo bravo encabezado por Don Emilio Rodríguez y sus tres hijos.

Entrevistada para La Otra Fiesta, Josefina Rodríguez aseguró que pertenecer a esta casa ganadera es todo un privilegio pero también todo un peso que han asumido como familia desde pequeños.

Siendo la única hermana mujer y la más pequeña de tres hermanos, destacó que ella participa de manera activa en las actividades de la ganadería al igual que lo hacen sus hermanos.

“Sé perfectamente el ciclo del toro, vivimos en la ganadería, ahí tengo muchas tareas, pero las que más disfruto son dos, la primera es darle de comer a los toros y sobre todo, subir al caballo y dar la vuelta con mi papá para conocer lo que tenemos en el campo en cuanto a novillos, toros y la cuestión de la agricultura”.

Dijo que con esta cercanía y a raíz de la pandemia por Covid-19, retomaron muchos conocimientos y seguimiento de las reses bravas que ya se habían perdido como el origen de los toros, potreros y características de cada uno de ellos.

Asimismo, señaló que otra de sus tareas es ser la jueza principal de su señor padre al observar todas las lidias que tienen y así mejorar el encaste de esta importante casa brava del estado de Tlaxcala.

Actualmente Atlanga cuenta con 400 cabezas de ganado repartidas entre las diferentes etapas, así como siete sementales, al respecto Josefina Rodríguez se dijo afortunada ya que pese a la pandemia la actividad en esta dehesa se ha sostenido al tener dos corridas importantes en Tlaxcala y demás festivales fuera de la capital.

Tlaxcala retoma fortaleza ganadera

La más chica de tres hermanos, Josefina Rodríguez, recordó que hace años Tlaxcala no lograba sobresalir en el tema ganadero tal y como lo hace actualmente, por lo que aplaudió que el estado tenga de nueva cuenta esa importancia y peso en el tema taurino a nivel nacional.

“Tenemos seis ganaderías a las que les están saliendo los toros, hablamos de Tepetzala, Haro, Piedras Negras, Atlanga, salen muy buenos toros y eso hace que los reflectores de toreros y empresarios volteen a ver a Tlaxcala como se veía antes, como cuna de ganaderos y toros buenos”.

Lamentó que como tlaxcaltecas en un punto de la historia actual se perdió la credibilidad del toro, con lo que ganaderos se tuvieron que enfrentar a cierre de oportunidades en plazas de renombre o incluso vender toros a precios por debajo de su valor real.

Al ser partícipe de innumerables tientas, corridas e incluso concursos de ganaderías, que ya se habían dejado en el olvido, aseguró que el toro de Tlaxcala cada vez impacta más gracias al empuje de las ganaderías que hoy están a la par de las mejores a nivel nacional.

El toro de Atlanga tiene toros bravos pero con nobleza apto para muletas y capotes de poder, dominadas por un torero de fortaleza que sepa tratar y llevar una lidia de mucho recorrido.

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