Tras finalizar el ciclo escolar 2020-2021, Fabiola Méndez Gallegos, docente que impartió clases en el municipio de Terrenate, Tlaxcala, sostuvo que la educación a distancia presentó varios retos que no solamente al docente le ha costado ajustar y adaptarse, retos en los que estudiantes también han estado inmersos y se han visto afectados en el desarrollo de sus conocimientos.
Para ella los principales retos a los que se enfrentaron los docentes en la educación a distancia son el no consolidar los aprendizajes esperados, la interacción docente-alumno, y uno de los factores más importantes que obstaculizaron el aprendizaje fue el no poseer un dispositivo tecnológico que les permitiera acceder a la educación en línea o virtual. Este último considerado como el factor que frenaba el tiempo de clases y la entrega de actividades o tareas, asimismo el interés de los estudiantes y de los padres de familia.
También, narró que la parte emocional y moral de los estudiantes se vio afectada por los contagios y los problemas económicos derivados del Covid-19 a sus seres queridos, pues muchos de los 21 estudiantes que estaban a cargo de la docente se vieron afectados y desmoralizados.
Otro de los retos, fue que los infantes no siguieron las instrucciones de las actividades que fueron solicitadas, pues los padres de familia al no tener conexión a internet o datos en sus respectivos celulares, era difícil establecer comunicación para resolver dudas acerca de las actividades solicitadas.
A pesar de que estuvieron en actividades académicas correspondientes al ciclo 2020-2021, los estudiantes e incluso sus padres o tutores se desinteresaron por enfocarse en habilidades cognitivas, algunos preferían por orientarse en encontrar un trabajo para sostener sus gastos familiares y satisfacer sus necesidades humanas.
La docente, mencionó que la comunicación al no ser presencial, también obstaculizó parte de las actividades e instrucciones que se le solicitaban al alumnado durante la impartición de clases.
Para finalizar, dijo que debido a las recomendaciones por el Covid-19 y al permanecer todo el día en casa, los pequeños tuvieron desinterés, además, al ser niños de ocho años y no convivir con sus compañeros, jugar o no correr, también perjudicó su proceso de enseñanza-aprendizaje.



























