Esta conmemoración fue impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a partir del 2008, con el objetivo de promover a nivel mundial programas para la prevención y el combate de las hepatitis víricas.
Ya que este padecimiento infeccioso comprende un grupo que incluye la hepatitis A, B, C, D y E lo cual hace que su impacto sobre la población sea mucho mayor, se estima que en el mundo existen aproximadamente 257 millones de personas afectadas por una infección crónica provocada por el virus de la hepatitis B.
Durante el 2015 aproximadamente 1.34 millones de personas fallecieron a causa de esta enfermedad, a pesar de que los tratamientos pueden curar más del 95 por ciento de los casos por infección del virus de hepatitis.
Los tipos A y E de esta enfermedad generalmente son causadas por la ingestión de comida o alimentos contaminados. Las
, se transmite mediante el contacto de heridas o tumores infectados, pero también se pueden dar otros medios de contagio, como transfusiones de sangre en las que el producto sanguíneo se encuentre contaminado. En el caso de la hepatitis B también suele contagiarse mediante el contacto sexual o de madre a hijo durante el parto.
La enfermedad se presenta sobre todo en países como África, Asia y las costas del Pacífico, aunque en la actualidad este tipo de infecciones también han proliferado en regiones del mundo como América del Sur, Europa Central, Asia y el Medio Oriente.
Los distintos tipos de hepatitis producen una inflamación aguda del hígado, por lo cual es muy recomendable contar con el esquema de vacunación completo contra esta enfermedad, así como realizarse un chequeo rutinario o examen de sangre cada seis meses o un año con el fin de mantener un control del estado de salud de nuestro cuerpo.