Por Jose Carlos Muñoz Ortíz
Lo primero que debes saber es que esta es una columna sobre Salud Mental y cosas que pasan en la vida relacionadas a ella, o a la falta de ella, lo segundo que debes conocer es que quién escribe es un Psicólogo con especialidad en Salud Mental, por lo cual lo que leerás durante el tiempo que dure esto, será escrito por un cuate que más o menos entiende un poco de lo que va a escribir (en realidad no entiende nada), y para finalizar este intro quiero recalcar que todo lo que estarás leyendo semana a semana, por más que se vea bien bonito, por más que te sientas identificado o identificada, por más que digas: “wey si soy”, por más que eso pase o que sientas que los astros se alinearon y te pusieron esta lectura frente a tus ojos, esto no sustituye ningún tipo de atención psicológica profesional, así que una vez entendido esto, vamos a lo que nos interesa o tal vez no.
No es un secreto que cuando se acerca el fin de año todos en algún momento de la vida nos ponemos a reflexionar sobre lo que hicimos bien o mal en el año que está por terminar, de este mismo modo surge esta charla interna, en la cual nos planteamos cosas con las que no nos sentimos tan cómodos y en algunas situaciones cosas que detestamos de nosotros y buscamos la manera de cambiarlas o por lo menos disminuirlas, ahí es donde surgen nuestros tan famosos propósitos de año nuevo, lo curioso de esta bella tradición es que pasan y pasan los años y seguimos teniendo los mismos propósitos que el año anterior.
Ojo, antes de que digas: Carlos, ¿cómo sabes que yo no he cumplido con mis propósitos cada año? Sinceramente no lo sé y no estoy intentando generalizar, sin embargo, esto de los propósitos de año nuevo, o mejor dicho el hecho de no cumplirlos, es un tema muy popular entre la cultura mexicana, tanto que existen un gran número de memes al respecto, los cuales dejan en evidencia nuestra incapacidad para mantener la consistencia al momento de realizarlos, y hablando de memes, qué onda con que ahora tengamos que usar como medio de consulta los memes, pero eso será para otra columna, a lo que voy es que al ser un tema tan popular y contando con que esta columna saldrá en las primeras semanas del 2022, hoy te voy a decir algunas razones por las que creo que no se cumplen los tan anhelados propósitos de año nuevo.
- La temporalidad: Es cierto que es inicio de año y no parece haber mejor momento para iniciar que este, sin embargo el malestar por no hacer cosas que te hagan sentir feliz no sabe de días, por ejemplo: siento que mi tremenda panzota no me deje amarrarme mis zapatos, esta sensación no sabrá de si es año nuevo o mitad de año, solo me sentiré mal por mi sobrepeso, por lo cual la fecha para realizar cambios en mi vida no debería estar condicionada por algún evento significativo, en este caso el año nuevo, a lo que quiero llegar es que se necesita flexibilidad, cualquier día es bueno para iniciar.
- Súper propósitos: Y es que no basta con querer este año meterle duro al gym, también quiero tomar más agua, también llevar una alimentación saludable, también dejar de fumar, también dejar de tomar, también dejar de ser impuntual, y a la vez dejar de ser impulsivo, y también quiero viajar por el mundo y así una larga lista de cosas que me quiero proponer este año, la bronca radica en que busco darle un cambio a mi vida de 180° de la noche a la mañana y eso convierte un propósito de año nuevo en una misión nivel legendario, entonces lo ideal sería iniciar de a poco, mas vale avanzar a un paso constante, y no por querer hacer todo de jalón, terminar por no hacer nada.
- Propósitos generales: No es lo mismo decir: “Quiero llevar una vida más saludable”, a decir: “Me propongo asistir al gimnasio por lo menos 2 veces a la semana”, y eso por poner un ejemplo, a veces los propósitos son tan amplios y generales que rayan en la ambigüedad, esto facilita el poder justificarnos.
Estas son solo algunas de las razones por las cuales considero que se puede estar repitiendo este maldito ciclo de realizar propósitos de año nuevo, arrancar con todo las primeras semanas y después de un rato mandar todo al carajo y esperar a que venga el siguiente año para intentarlo de nuevo, pero acá quiero hacer otra aclaración y ponle mucha atención a esto.
No todo es cuestión de “echarle ganas” o de estar “motivado” en todo momento, también existen factores emocionales que pudieran condicionar tu progreso, no siempre tenemos la misma pila, la misma disposición o inclusive del mismo tiempo, por ello gran parte del avance requiere paciencia, comprensión y flexibilidad hacia tu proceso, recuerda que solo tú sabes lo difícil que es, así que respeta tus tiempos, no pasa nada por no estar bien todo el tiempo, y recuerda, si sientes que las situaciones emocionales te están sobre pasando, acércate con un especialista.
Si conoces otros motivos por los cuales a veces nos cuesta cumplir nuestros propósitos de años nuevo, o simplemente deseas compartir tu experiencia, lo puedes hacer en mi página de Facebook o de Instagram donde me encuentras como Psicólogo Carlos Muñoz, y si deseas consumir más contenido similar puedes escuchar el podcast: Mitos Psicológicos en Spotify, nos saludamos la siguiente semana, cambio y fuera.