Por: el Psicólogo Carlos Muñoz

¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando conoces a alguien que es psicólogo?

Toma unos segundos antes de continuar la lectura y piensa bien tu respuesta, seguramente y en la mayoría de los casos estarás pensando que un psicólogo es alguien que ayuda a las personas con sus problemas, para no entrar en más detalles ni tecnicismos; si eso fue lo que pensaste quiere decir que pude leer tu mente (eso también es algo que creen que hacemos los psicólogos y que no es cierto en su totalidad) sin embargo, no es culpa de las personas que lo creen y replican, sino que los responsables somos los mismos psicólogos y los que en algún momento también lo serán.

Lo primero que diré es que esta columna estará dirigida a todos aquellos adolescentes quienes están considerando estudiar la bella y desprestigiada carrera de Psicología, y a los padres de estos jóvenes los cuales en muchas ocasiones no saben qué quieren estudiar o por qué es que lo quieren hacer, y que a su vez los hacen batallar, porque entran a una carrera y después de un tiempo se dan cuenta que no era lo que estaban buscando y la abandonan a la mitad para iniciar otra y así el ciclo se va repitiendo una y otra vez.

A mi me paso exactamente lo mismo, cuando salí de la preparatoria tenía claro que quería ser psicólogo, porque sentí que tenía la habilidad para generar empatía con las personas y quise poner ese talento a la disposición de la humanidad (lo sé sonó muy cursi pero es la verdad) entonces mi primera y única opción fue iniciar mi proceso de admisión a la máxima casa de estudios en Tlaxcala, la UAT en ese entonces, UATX actualmente, porque me imaginaba dando terapia al egresar, para no hacerla cansada por una u otra circunstancia no terminé estudiando ahí y en vez de eso realicé mis estudios profesionales en la Escuela Libre de Psicología en Puebla, estaba igual de emocionado, pero hasta ese entonces no tenía idea de lo que estaba a punto de pasar.

Y es que una vez que iniciaron las clases nos explicaron que la Psicología tiene incursión en prácticamente todos los ámbitos de la vida, pero eso será, para otra columna, y que debido al gran campo de estudio e intervención, se dividía en cuatro ramas principales (clínica, educativa, organizacional y social) que a su vez tienen subdivisiones cada vez más específicas y que cada categoría requería habilidades y vocación distinta, por así decirlo, fue ahí en donde la decisión de haber elegido una escuela en lugar de la otra cobró sentido, ya que el plan de estudios de la UAT tenía como perfil de egreso únicamente a psicólogos sociales (en ese entonces) y con esto no estoy diciendo que eso sea malo, sin embargo ese perfil no me brindaría las competencias necesarias para poder atender pacientes y si para ser un gran investigador, y no es que en la Libre de Psicología si haya salido muy especializado que digamos, porque también egresamos con el perfil de psicólogos generales (o sea tuvimos materias de las 4 categorías principales) y al egresar ya cada uno decidiría cuál sería el área en la que le gustaría especializarse, en mi caso fue el perfil clínico.

Y te preguntarás, Carlos, ¿Por qué me tengo que enterar de esta parte de tu vida tan aburrida? Bueno, porque estoy seguro que no soy el único al que le pasó esto, afortunadamente logré cambiar de institución antes de iniciar las clases, y fue hasta después que identifiqué la diferencia, sin embargo, tuve muchos conocidos y amigos quienes al igual que yo desconocían la división del campo de estudio y que terminaron su carrera como psicólogos sociales, y me da mucho gusto por ellos, lo bueno viene a continuación, a lo largo de mi andar profesional posterior a la universidad, me he topado con una gran cantidad de “psicólogos” quienes se desenvuelven en el ámbito clínico, sin tener las competencias necesarias para hacerlo, y aquí quiero tener un doble argumento, espero que me sigas, primero es que ellos en gran medida no tienen la culpa, ya que fueron víctimas del propio sistema, y en segundo plano, si en algún momento pudieron conocer la diferencia y aún así realizaron caso omiso y siguieron realizando prácticas clínicas a sabiendas de que en lugar de ayudar podían perjudicar, ya queda en cada uno y su ética profesional.

Con toda esta mezcla de argumentos y de historia personal, no pretendo decir que un área de la Psicología es mejor que otra, únicamente son diferentes y cada adolescente que esté pensando en estudiar esta bella carrera debe conocer las diferentes áreas de estudio y así mismo buscar que institución cumple con esos requisitos para que al egresar se pueda desenvolver en el campo especializado que le compete; actualmente me dedico a la docencia en el Instituto Mexicano de Valores y puedo ver en primera fila los dilemas que ocurren en algunas ocasiones para decidir hacia donde quieren ir los chavos como profesionales de la Psicología.

Espero que este no sea tu caso o el de tus hijos, si tienes alguna duda, pregunta, queja o sugerencia, me la puedes hacer llegar por mensaje directo en cualquiera de mis redes sociales, Facebook e Instagram me encuentras como: Psicólogo Carlos Muñoz, y si deseas consumir más contenido relacionado con la Psicología me encuentras en Spotify y YouTube como: Mitos psicológicos, te recuerdo que este espacio es de análisis y reflexión a temas relacionados con la salud mental y la premisa principal a la hora de escribir, es que puedo estar equivocado, nos vemos la siguiente semana, cambio y fuera.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here