Por el Psicólogo Carlos Muñoz

Si entraste a esta columna solo para ver por qué alguien con tanta certeza puede decir que puro tonto se enamora y creas que solo es un título polémico para generar interacción, déjame decirte que estás completamente equivocado, equivocada, o equivocade, sí te voy a decir por qué creo que esto es cierto, e incluso utilizo el lenguaje inclusivo para hacer énfasis en que el enamoramiento no distingue nada, todas las personas a las que les funcione bien el cerebro (o sea que no presenten un problema neurológico que les impida sentir emociones) tienen una alta probabilidad de terminar en las garras del enamoramiento, y eso, de acuerdo al título de esta columna, los incluye en el club de los tontos que se enamoran.

Puede ser probable que el inicio de esta lectura te haya hecho sentir un tanto molesto (porque obviamente estás enamorado, enamorada, enamorade, o en algún momento la hayas estado) y en cierta parte ese es el objetivo con el cual lo escribo, sin embargo, no pretendo solo hacerte enojar y que así te vayas, porque para empezar ni te conozco, no tengo nada en contra de los enamorados, y para terminar, me es indiferente lo que las personas hagan cuando están en este proceso, lo bueno viene cuando veo que llegan pacientes a mi consultorio, presentando el mismo tipo de padecimiento emocional al momento que les rompen el corazón (esto de romper el corazón es solo en sentido figurado, el enamoramiento es un proceso químico que tiene lugar en el cerebro)

Ahora, para poner un poco de contexto, es importante mencionar que recién se acaba de celebrar el tan esperado 14 de febrero, digo tan esperado, pero para aquellas personas que están buscando una fecha especial o un pretexto comercial para declararle su amor a aquella persona que les acelera la respiración, sin muchas veces considerar que posiblemente que esto, sea un grave error el cual los haga pasar unas 15 sesiones de terapia psicológica, (esto contando con qué decidan ir al Psicólogo en lugar de tomar algún tipo de conductas autodestructivas) pero eso será, para otra columna.

A todo lo que acabo de mencionar previamente, también le podemos sumar que se acaba de estrenar un documental en una de las plataformas de streaming más populares a nivel mundial, para que me entiendas, sin que necesariamente tenga que mencionar marcas, me refiero a la que tiene la “N” roja, en pocas palabras, dicho documental trata de como una persona se encarga de estafar a mujeres que conoce mediante una aplicación digital de citas muy famosa a nivel mundial, y probablemente te estés preguntando: ¿A poco eso existe? ¿Aplicación de citas? Temo informarte que, el buscar pareja apoyándose de medios digitales es una práctica más común de lo que piensas, pero en otros países, europeos y del medio oriente, acá en México eso no sucede, y en Tlaxcala ni se diga.

Lo que si es cierto es que este sujeto, quien mediante engaños y fingir ser una persona que no era, poseer cosas que no tenía y saber cosas que no sabía, lograba convencer a las mujeres que le prestaran dinero o que sacaran créditos bancarios para ayudarlo de supuestas amenazas que recibía por parte de sus enemigos, como sea ya no te voy a contar más porque nunca acabaría de escribir, si quieres conocer a detalle qué pasó, ve a verlo.

¿Y por qué te cuento todo esto y qué relación tiene una cosa con la otra? Es sencillo, la variable principal es que la mayoría de las mujeres que fueron estafadas por este supuesto “millonario” se encontraban en estado de enamoramiento, y aquí quiero hacer una pausa para poder hacer la aclaración de que estar enamorado y amar a una persona no son la misma cosa, el amor es un sentimiento profundo el cual trasciende la atracción física y se nutre de un cúmulo de emociones y sensaciones que no necesariamente deben de ser positivas, o no en su mayoría, hablar de amor, en muchas ocasiones lo entenderemos como el poner como prioridad la persona o el objeto amado antes que a mí, (no necesariamente debe ser así)  y al hablar de enamoramiento, lo podemos entender como un proceso químico pasajero, el cual se caracteriza por ocupar gran parte de nuestra energía al momento de pensar en la otra persona, siempre estar buscando como tener contacto con este otro ser, utilizando cualquier tipo de pretexto, así te suene muy tonto, otra característica del enamoramiento es que se suele idealizar a la otra persona y solo vemos puras cosas que creemos positivas, es algo que regularmente se suele comparar con las sensaciones físicas de estar bajo la influencia de una droga.

El enamoramiento al igual que las sustancias, provocan en sus consumidores el deseo de siempre querer más y que las dosis que se reciben, nunca suelan ser suficientes, de hecho, hasta ahora esto no suena del todo mal, se podría pensar que todo es placentero, lo bueno viene cuando nos damos cuenta que el hecho de estar enamorados, nos deja en un papel vulnerable ante muchas situaciones, y si la otra persona nos quisiera hacer daño, no le sería muy difícil conseguirlo, (ahora si viene lo chido) contrario a lo que pudiste haber pensado al inicio de esta lectura, sobre que odio a los enamorados o que es malo enamorarse, para nada, al contrario, soy fiel creyente de que no hay mejores sensaciones que cuando estamos conociendo a alguien, incluso a sabiendas de que podemos salir lastimados, aún así, para poder llegar a sentir amor por alguna persona es necesario primero haber pasado por el enamoramiento, no existe otro camino, lo que si podemos hacer es, estar conscientes de que nos encontramos en un estado pasajero, el cual puede durar hasta 1 año (tal vez más, tal vez menos),  y una vez conociendo esto, nos podríamos cuestionar cuanto estamos haciendo porque lo queremos hacer, y cuanto está condicionado por nuestra sensación estacional tan bonita como lo es el enamoramiento, todo esto para intentar evitar salir lastimado, y si nos lastiman, que no sea de muerte, espero que esta columna te haya gustado, si andas en plan romántico, espero que te vaya de lujo, si ya estás en la fase del “amor maduro” que chido que pudiste dar el brinco, y si lamentablemente sufriste desilusión, acá estamos los psicólogos.

Nos saludamos la siguiente semana, y recuerda, puedo estar equivocado.

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