La coordinadora de Nutrición del Instituto Mexicano del seguro Social (IMSS) en Tlaxcala, Xochitl Juárez Guzmán, señaló que los Trastornos de la Conducta Alimentaria son enfermedades mentales graves que se relacionan con una conducta alterada respecto a los hábitos alimentarios, lo que se traduce en comportamientos que van desde comer de manera descontrolada hasta la falta de ingesta de comida.

Detalló que los trastornos más comunes como la bulimia y anorexia se relacionan con factores culturales, psicológicos, emocionales y económicos, y ambas afecciones se caracterizan por el temor intenso al aumento de peso y se asocia principalmente, con la preocupación excesiva por el aspecto físico.

“La bulimia se caracteriza por episodios de ansiedad que pueden desencadenar la ingesta excesiva de alimentos en lapsos de tiempo cortos, seguido de métodos como vómito provocado, uso de laxantes, ayunos prolongados, consumo de fármacos para bajar de peso y/o dietas exageradas, ‘como medidas compensatorias’ para sentir menos culpa”, subrayó Juárez Guzmán.

Por el contrario, informó que la anorexia se desencadena por una imagen distorsionada del propio cuerpo, lo que conduce a la búsqueda del adelgazamiento extremo, limitando o dejando de comer alimentos que consideran de alto valor calórico, abusando del ejercicio físico.

“Estos trastornos pueden traer consecuencias graves para la salud de jóvenes y adolescentes que los padecen, pues los métodos de control de peso son severos y conducen a una mala alimentación, que pueden ocasionar desde la deshidratación, malnutrición y anemia, hasta infartos y complicaciones con el resto de los órganos vitales”, precisó la coordinadora.

Agregó que la falta de consumo calórico apropiado, puede causar reacciones y síntomas como: baja de peso, desnutrición severa, pérdida de menstruación (en el caso de las mujeres por alteración de los ciclos hormonales ), deficiencia de vitaminas ocasionando caída o deterioro de cabello, uñas y piel, convulsiones, intolerancia al frío, así como depresión, irritabilidad y ansiedad, aislamiento de la compañía de familiares y amigos, utilizando pretextos para sentarse a la mesa a comer o hacerlo a escondidas.

Explicó que el tratamiento consiste en una atención integral que puede incluir atención psicológica y atención médica especializada. Una detección oportuna de los trastornos alimenticios evitará que estos progresen y desarrollen consecuencias más graves, recalcando que esta condición se presenta con mayor frecuencia en las personas en edades que van de los 12 a los 25 años y en su mayoría en mujeres.

“Aunque en la entidad se cuenta con una muy baja incidencia de trastornos de la conducta alimentaria, es muy importante estar pendiente de los cambios físicos y de comportamiento, sobre todo en adolescentes y jóvenes”, enfatizó la especialista.

Detectar en sus inicios la anorexia o la bulimia, es algo que se puede hacer en familia. Es decisivo también, contar con el apoyo de maestras, maestros y compañeros de escuela, en su detección inicial, así evitar daños más severos.

IMSS está para apoyarte, programando cita médica con el médico familiar, quien ordenará los estudios apropiados para cada caso e iniciará su tratamiento contando con el respaldo del equipo multidisciplinario que amerite intervenir.

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