De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, hasta el 2016 a nivel nacional únicamente el 54.4 porciento de los niños y niñas son colocados al seno materno durante la primera hora después del parto.
Las cifras de estas instituciones también indican que la lactancia materna es cada vez menos frecuente solo el 37.9 porciento de los niños nacidos por cesaría son amamantados, así como un 38.3 porciento de los nacidos instituciones públicas.
La Encuesta Nacional de Niños Niñas y Mujeres 2015, muestra que en México dos de cada tres niños menores de seis meses a nivel nacional no recibe lactancia materna exclusiva, y que persisten retos para lograr que los neonatos tengan buena salud.
El habito de la lactancia materna beneficia la salud física y emocional de las madres, niños y niñas. Al hacerlo de forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida ayuda a disminuir la incidencia de asma, alergia, enfermedades respiratorias e infecciones del oído, gastrointestinales y urinarias hasta en un 22 porciento.
Si la tarea se realiza de manera adecuada se favorece el desarrollo cognitivo y previene procesos como obesidad, diabetes y colesterol alto.
Debido a la importancia que dicho habito tiene en la vida, no es de extrañarse que del uno al siete de agosto se conmemore en más de 170 países la Semana de la Lactancia Materna. Fue proclamada oficialmente por la OMS y UNICEF en 1992, la fecha se eligió porque si un embarazo comenzará el uno de enero, la fecha probable del parto y el comienzo de la lactancia serían en la semana 41 del año, en octubre.