Apuesta artística de Ermhy Méndez
Para Ermhy Méndez, el teatro no solo es arte, es también un acto de resistencia, un laboratorio sensible y un espacio donde las infancias pueden explorar, cuestionar y comprender el mundo que les rodea. Con una trayectoria de más de 12 años en la escena teatral de Tlaxcala y la región, Méndez ha dedicado su vida a fortalecer un teatro que, más allá de entretener, forma y transforma.
“No se trata solo de divertir, sino de respetar la inteligencia de los niños”, comenta Ermhy, reflexiona sobre la forma en que muchas veces el teatro infantil es subestimado, limitándolo a espectáculos ligeros y poco desafiantes. Para él, el teatro debe ser un espacio de exploración crítica, donde las infancias tengan el derecho de acceder a obras de calidad que respeten su sensibilidad y capacidad de asombro.
Esta visión transformadora la fortaleció en colaboración con la maestra Michelle Guerra, de Ensenada, quien le mostró la importancia de trabajar el teatro para infancias desde una perspectiva de derechos humanos. “Los niños tienen derecho a espectáculos de calidad que fomenten su desarrollo integral”, recuerda que le enseñó su colega y amiga. Desde entonces, su trabajo escénico incorpora enfoques pedagógicos, filosóficos y científicos, reconociendo en las infancias no receptáculos pasivos, sino seres capaces de interpretar el mundo con profunda sensibilidad.
Un teatro que dialoga con la realidad
Para Ermhy, hablar de teatro infantil implica reconocer la complejidad del mundo que los niños habitan. Sus obras abordan temas como la muerte, la separación, el cambio social y la naturaleza, pero siempre desde una perspectiva lúdica, experimental y sensorial. “Se puede hablar de todo a las infancias, siempre y cuando se haga de forma adecuada e inteligente”, afirma.
Su más reciente proyecto, “Mudanza”, es una pieza que ejemplifica esta propuesta escénica crítica y emotiva. Escrita y dirigida por él mismo, la obra retrata la vida de una madre soltera que, a pesar de los prejuicios y los obstáculos sociales, busca construir un nuevo hogar para ella y su hijo. “Habla sobre la culpa socialmente impuesta a las mujeres, sobre la división sexual del trabajo, sobre la soledad y, al mismo tiempo, sobre la posibilidad de reconciliarse con uno mismo”, explica el creador.
Con una estructura de monólogo y apoyada en el uso de títeres, cajas y un trabajo actoral basado en el asombro, “Mudanza” está pensada para niñas y niños de 4 a 8 años, pero también interpela a los adultos, particularmente a aquellos que enfrentan procesos de separación o cambios importantes en sus vidas. La puesta en escena tendrá lugar en el espacio cultural Trayecto 3, ubicado en Apetatitlán, el 11 de mayo. Los boletos pueden adquirirse a través de los números 222-205-0532 y 246-123-6184.
Gato Escena: un colectivo en resistencia
Actualmente, Ermhy Méndez lidera el proyecto Gato Escena, un grupo que nació de la necesidad de continuar creando desde una postura crítica y autónoma. Al lado de la actriz “Garmen”, originaria de San Miguel Contla, y en colaboración con artistas de Tlaxcala e Hidalgo, Gato Escena apuesta por un teatro independiente que no se acomoda a las lógicas comerciales, sino que busca mantener vivo el arte en entornos adversos.
“Nos nombramos Gato Escena porque, como los gatos ferales, sobrevivimos en ambientes hostiles”, explica Ermhy. En esta nueva etapa, el colectivo no solo desarrolla montajes teatrales, sino también asesorías, cuentacuentos y proyectos pedagógicos enfocados en el arte como herramienta de transformación social.
Más allá del escenario
Además de su labor teatral, Ermhy Méndez ha cultivado una sólida trayectoria académica. Ha trabajado como docente universitario, con artículos sobre pedagogía y violencia en procesos educativos artísticos, y enfocado parte de su investigación en temas de género, masculinidad y feminismos.
“No podría decir que soy feminista, pero hay muchas ideas de los feminismos que me ayudan a entender el mundo y a construir desde ahí”, señala. Su enfoque lo ha llevado a explorar cómo las artes, especialmente las que involucran el cuerpo, deben establecer protocolos éticos que protejan la integridad de los participantes, un tema fundamental en su quehacer diario.
Para Ermhy, el teatro es mucho más que un espectáculo: es un acto de introspección, de exploración social y de resistencia. Su trabajo recuerda que las infancias no necesitan ser “protegidas” del mundo, sino acompañadas en su descubrimiento crítico de la vida, y que el arte, cuando es honesto e inteligente, puede ser el mejor de los acompañamientos.