El matador de toros Alejandro Lima Hernández “El Mojito”, fue invitado al Rancho San Isidro ubicado en la población de Tetla de la Solidaridad, Tlaxcala, propiedad del ganadero Tomás Dávila Hernández y su hijo Isaac Dávila Vega.
A este sitio, el matador tuvo la experiencia de tentar unas vaquillas y probar la calidad de las mismas con sus facultades con el capote y la muleta.
Así, llegó matador Mojito acompañado del también torero Rogelio Sánchez y después de la cortés bienvenida se trasladaron a la pintoresca plaza de tienta para ponerse a medir las cualidades del ganado bravo de esta cabaña brava.
Ahí salieron cuatro bravas y encastadas vaquillas, en verdad, bravas y encastadas, a las que había que poderles, dominarles y luego se acabaron irremediablemente entregándose a la poderosa muleta del matador Mojito.
El Mojito con la experiencia que le está llevando a consolidar en él un gran lidiador con el fin de imponerse a los toros para extraerle faenas intensas, ensayó con gran entusiasmo con estas vaquillas.
Las faenas impactaron a D. Tomás, quien lo hizo notar con los olés que le arrancaron cada uno de los trazos que consolidaron los pases que dejó en el ruedo Alejandro Lima “El Mojito”.
Con la aprobación de los ganaderos, el diestro tlaxcalteca mostró las buenas facultades que ha obtenido a lo largo de su carrera, pues el dominio que mostró al ganado bravo fue de aplaudirse.
El matador Mojito le preguntó al ganadero de dónde provenían estas vacas, a lo que el ganado le dijo con seriedad “son Saltillo, Santa Coloma, por eso salieron muy enrazadillas y muy bravas”, refirió el ganadero.
El Mojito finalmente manifestó: “estos animales son los que nos recuerdan que por eso se llama la fiesta brava, y me hacen sentir muy torero. Muchas gracias por la experiencia vivida señor Ganadero”.
Ya se había puesto el sol cuando se despidieron y así el matador Mojito junto con su coleguita Rogelio Sánchez partieron rumbo a Apizaco sin dejar de platicar durante el breve viaje de tan interesante experiencia.
