La moda es un parteaguas que en muchas ocasiones resulta el complemento perfecto para una revolución social, un ejemplo notable de este tipo de casos es el bikini diseñado por el ingeniero mecánico Luis Réard en 1946.

Sin embargo, debido a las fuertes tradiciones conservadoras que durante esta época reinaban en México, el bikini tardaría en convertirse en una pieza estándar dentro del armario de cualquier mujer.

La primera adopción como una prenda de uso común y muestra pública de un bikini en México para muchos es atribuida a la película “Acapulco a Gogo” de 1963, donde la actriz Ana Martín luce esta prenda y lo convierte en un símbolo de liberación femenina de la época, a pesar de ocurrir más de una década después de que la prenda fue creada.

El usar una prenda como el bikini resultó algo sumamente complejo para la mujer de aquellos tiempos, pues no solo se exponía gran cantidad de piel también se mostraba el ombligo lo cual era considerado un sinónimo de vulgaridad.

A esta fama negativa que rodeaba la prenda se le debe sumar que la primera persona en modelarla para el publico mundial fue Michelle Bernardini, una bailarina del casino de Paris, por lo que para muchas familias mexicanas no representaba el modelo de mujer respetable que deseaban para quienes conformaban su entorno.

El territorio nacional no fue el único que se resistió a adoptar el uso del bikini, el vaticano lo calificó de “pecaminoso”, siendo prohibido en varios países, entre ellos Italia, Bélgica y España.

Ya que en su parte superior consistía en un sujetador para la parte superior y dos triángulos nidos por tiras laterales en la parte inferior. A pesar, de todos los retractores que tuvo en principio, hoy en día es una prenda que continua vigente, teniendo en cuenta su iconicidad cada 5 de julio se conmemora el Día Mundial del Bikini.

 

 

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