Dentro de la práctica de la medicina, existe un sistema de principios éticos y morales que regulan esta actividad, al procurar la correcta actuación de los profesionales de la salud con sus pacientes.
En el territorio mexicano, la ética médica es promovida y resguardada por la Comisión Nacional de Bioética, que se enfoca en la creación de normas jurídicas y de investigación, siendo responsable de procurar la correcta actuación de los Comités de Ética e Investigación y de que las investigaciones se manejen con integridad en el sector salud.
Cuando se habla de la entidad tlaxcalteca, este tipo de vigilancia se ejerce por medio de la sede estatal de esta comisión y el Arbitraje Estatal Médico, siendo un organismo desconcentrado de la Secretaría de Salud que cuenta con autonomía técnica y operativa.
El personal de salud a nivel estatal debe seguir un código de Bioética, dentro del cual se establecen una serie de directrices que buscan evitar que se cause daño al paciente y garantizar su respeto y autonomía.
Por lo tanto, si algún ciudadano o profesional tiene alguna inconformidad o problema relacionado con la ética médica, debe acercarse a esta institución para buscar una solución a dicho conflicto, ya que el personal de salud tiene la obligación de actuar dentro de la medida de sus posibilidades en beneficio del paciente.
La implementación de la ética médica tiene antecedentes que se remontan a la antigua Grecia con Hipócrates, considerado el fundador de la medicina. Estos principios son conocidos hasta la actualidad como “ética hipocrática”, dentro de la cual se consideraba que la salud constituye un ajustamiento físico, psíquico y moral del orden corporal bajo el lema: “No llevar otro propósito que el bien y la salud de los enfermos”
En el mundo, la vigilancia del cuidado de este tipo de normas está a cargo de la Asociación Médica Mundial, que dentro de su 54 Asamblea General, celebrada en Helsinki 2003, propuso conmemorar cada 18 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Ética Médica.