Lo que surgió como una forma de defensa personal, años más tarde llegó a ser su máxima pasión y actualmente su estilo de vida, por más de 60 años Delfino Juárez Juárez se ha dedicado a transmitir sus conocimientos de boxeo a niños y jóvenes tlaxcaltecas para dejar huella en este deporte.
A sus 80 años de edad, recuerda cómo inició el gusto por el boxeo, al que considera como su pasión, “mis padres se separaron siendo niño, algunas personas se portaban mal conmigo y con mi madre, de ahí surge la idea de pelear para defenderme, hice la primaria en Temezontla, municipio de Panotla, específicamente en la escuela Vicente Guerrero, hasta el quinto año, después de eso por cuestiones de bienestar, trabajo y comodidad nos fuimos para el Distrito Federal, allá termine la primaria en la escuela Revolución en la Colonia Doctores”.
Ya en la Ciudad de México, empezó a trabajar en un taller máquinas y herramientas, muy muy cerca de ahí se encontraba el gimnasio Baños del Jordan, ubicado en la calle Arcos de Belén, famoso por formar a jóvenes boxeadores, “por comodidad me quedaba cerca e iba a entrenar entre los años de 1957 a 1960, ahí surgió la idea de aprender a defenderme con buena técnica”.
El trabajo, disciplina y constancia poco a poco rindieron frutos, recuerda la oportunidad que le dieron para abrirse paso en este deporte, “al taller de máquinas y herramientas, llegó un funcionario de la policía judicial para que le hiciera un molde para fundir balas, le gustó mi trabajo y como me veía un poco atlético, me dijo, ¿maestro quiere entrenar en un gimnasio bien?, le dije sí, me llevó al gimnasio de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, me dediqué a entrenar pesas, como sabía de box, me dejó como encargado, comencé a entrenar ahí a enseñar box y acondicionamiento físico, ahí también aprendí lucha”.
Inicia el camino
Derivado de sus cualidades en el cuadrilátero, fue invitado para pelear en Quintana Roo; sin embargo, cuestiones familiares se lo impidieron “mi entrenador me dijo que nos fuéramos a Cancún, él quería hacerme profesional, pero mi madre que veía las películas de Pepe el Toro se enojó mucho y me dijo, no vas a ir, tienes un buen trabajo, entonces no me dio permiso para salir, sí me molesté un poco y pensé dejar el box”.
Pero el destino le tenía preparado el camino para seguir en esta disciplina “estaba cerca la casa la Arena México, vi unas revistas de hombres musculosos, luchadores, de ahí también vino el gusto por las pesas y luego por las luchas, también en el gimnasio Baños Jordan enseñaban lucha, no con las condiciones, las condiciones no eran las adecuadas un ring muy sucio, en fin, pero el amor por la lucha libre de ahí salió”.
Con tono molesto, afirmó que, aprovechándose de su inexperiencia, no pudo debutar en el boxeo profesional, “mi entrenador convenenciero me llevaba a peleas de pueblo, me decía vas de emergente por si alguien falta, pero coopérame para los programas. En algunas ocasiones no venía el contrincante y subía a pelear, me inscribí en el torneo de los barrios, pero solo gané una pelea y la otra la perdí y quedé fuera, no llegué a figurar nada, es la única participación, no hice peleas a cuatro rounds ni nada de eso, solo aprendí a boxear, eso sí en el gimnasio nos poníamos a entrenar, teníamos tres raund, pero formalmente no”.
Años más tarde, Delfino Juárez, regresó a la tierra que lo vio nacer, Temezontla, donde demostró sus cualidades en la lucha libre, “en esa ocasión un señor que es de Panotla, el cual omitiré su nombre, me dijo que le decían el Santo, me dijo, me gustaría tener una exhibición contigo, pero le dije que no había ring, no, no importa, trazamos una en el pasto, le dije bueno, pues bien, que le gano”.
Al ver esa exhibición, unos amigos le comentaron que debería poner en Tlaxcala un gimnasio, mismo que en 1975 instaló en la Avenida Porfirio Díaz esquina con Guerrero con mi gimnasio Los Templarios, donde empezó a enseñar box, luchas y pesas, “llegaron muchos a preguntar, pero se les hacía muy caro pagar 150 pesos, le bajamos a 100 pesos, pero solo tenía un boxeador, tres muchachos de pesas y dos de luchas y así empezamos con el box y lucha libre; sin embargo, nos fue mal económicamente, con escasos recursos, estuvimos pagando la renta muy cara”.
Primeros frutos como promotor y entrenador de boxeo
Pero su deseo por la promoción del boxeo en Tlaxcala fue más allá, “fui a solicitar el apoyo al delegado de la Confederación Deportiva Mexicana que me permitiera hacer un torneo, me dijo que sí, que me apoyaba para la premiación, entonces hice el primer torneo de Guantes de Oro en la plaza de toros, ese día llovió mucho, pusimos un entarimado, y ahí lo hicimos y de ahí surgieron algunos muchachos en 1976, fue el primer torneo de box en el estado, participaron 36-38 boxeadores”.
Recuerda con nostalgia los boxeadores que participaron y que representaron dignamente a Tlaxcala, “de ahí salió campeón Gilberto Montes de Santa Ana, Juan Ávila (QEPD), Melesio Hernández, Ángel López (QEPD), Nicolás y Toñito López de Apizaco, hubo uno muy bueno que entrenó conmigo, Mauro Carmona de Terrenate, venía todos los días desde allá a entrenar y llegamos hasta el nacional a Puebla”.
El trabajo, constancia y disciplina de Delfino Juárez hicieron que poco a poco observaran a Tlaxcala como un estado de grandes pugilistas, fue así como nuestro estado debutó en un Campeonato Nacional en 1980 en el Comité Olímpico Mexicano en la Ciudad de México.
“De esos torneos que hicimos, llegó una invitación de la Federación Mexicana de Box a la delegación de la Confederación Deportiva Mexicana en Tlaxcala, me dijeron que si podíamos participar, les dije que sí, fueron José Apango de Zacatelco, Mauro Carmona de Terrenate, no éramos asociación, fuimos como equipo, así se nos dio el permiso”.
“En ese torneo eliminamos al participante de Puebla, con nuestro segundo paleador eliminamos a Sonora y pasamos a la final (no me acuerdo contra quien) ganamos la medalla de plata, nos quedamos en la final, se despertó un gran entusiasmo”.
Jóvenes pugilistas sacan la casta por Tlaxcala
En un selectivo nacional celebrado en Tijuana, Baja California, Reyes Muñoz en peso gallo, originario de la localidad de Muñoztla de Chiautempan, demostró su calidad al vencer al representante del Distrito Federal, la cosecha de triunfos fue la constante en diferentes torneos.
“Joaquín Medellín perdió en la primera pelea contra Venus Paredes de Apizaco, llegó a la final en una pelea bonita, ganó el trofeo por presentar la mejor pelea del torneo de 120 combates, lo premio la novia de Julio César Chávez. Le propusieron irse a los Estados Unidos, pero no quiso, dimos cátedras de box con esa pelea, hizo un papel excelente en Tijuana. Joaquín Medellín fue campeón de la zona centro en Hidalgo y Morelos”.
También recordó al destacado boxeador Lauro Rodríguez “otro excelente pugilista entrenó mucho conmigo, salió campeón en Tlaxcala, se fue para México con un entrenador que se apellidaba Morales, hizo 11 peleas ganadas en la Coliseo, todas en el segundo raund, lo amenazaron de que tenía que perder y entonces se regresó a Tlaxcala”.
Asimismo, mencionó a Isabel Muñoz de Muñoztla, Erasmo Muñoz (Q.E.P.D.), “hemos tenido buen material de boxeadores. Yo soy entrenador amateur de box olímpico, no profesional, por lo tanto, yo no tengo relación para promocionarlos al profesional, entonces si uno llega a ese ámbito, le pido a un entrenador que lo suba a la esquina”.
Primeros trabajos para crear la asociación tlaxcalteca de box
Los resultados de Tlaxcala en los eventos nacionales comenzaron a notarse, la Federación Mexicana de Box solicitó a Delfino Juárez a regularizar la asociación de este deporte en nuestro estado.
Sin embargo, el alto costo en la protocolización impidió que se organizara formalmente la agrupación, “pasó mucho tiempo, solo había una asociación de dicho, porque no teníamos un documento que lo avalara, llegó el tiempo de regularizaran las asociaciones, desde la Confederación Deportiva Mexicana pero con documentos se encargaron para ver el trámite, en ese entonces el consejo estatal del deporte envió los documentos, fue así que se regularizó bien la asociación con documentos ante notario”.
Legado en el boxeo, un manual para la práctica de esta disciplina
Con más de 60 años de experiencia, Delfino Juárez escribió un manual de boxeo, el que confía sea utilizado por las nuevas generaciones, “lo que me interesa es dejar una buena escuela en el boxeo, buena técnica, pero sobre todo, la constancia en el deporte, por eso he escrito un libro en el que describo paso a paso, se va guiando un curso de boxeo, este libro yo espero que llegue a la universidad, lo tenemos diseñado para 8 semestres, cuatro años, para que lleguen a la Olimpiada o campeonato profesional”.
En su camino por este deporte, le permitió conocer y aprender la técnica de entrenadores de la talla de Ignacio “Nacho” Beristaín, Cristóbal Rosas, Otilio Hernández, entre otros, le facilitó escribir este manual.
“Entonces de ahí nace la inquietud de escribirlo para que cualquier persona que le guste el boxeo lo lea, paso a paso y que llegue al éxito, le hablo desde los cinco sentidos hasta las potencias que tenemos, ya le enumero las cualidades que tenemos y cómo se inicia un entrenamiento, llegar al gimnasio y cómo se le da movilidad a un boxeador como se entrena abajo y en el ring”.
Delfino Juárez Juárez mantiene su gimnasio Templarios en Tlaxcala capital, espera que pronto se acabe la pandemia para estar nuevamente con sus deportistas al 100 por ciento, y seguir con su pasión, el boxeo.