Con la novedad que los priistas salieron bien librados de su XXII Asamblea, donde establecieron las bases rumbo al 2018.

Es decir, no hubo la ruptura esperada, pese a que se quitaron candados a los estatutos y se puso un alto a los chapulines.

Todo parece indicar que el dirigente del PRI, Enrique Ochoa Reza, operó muy bien con los liderazgos para evitar la división.

Aunque en los hechos, al priismo en su conjunto no le quedaba de otra, o se abrían a externos o estaban condenados a la derrota.

Sin embargo, la división sigue latente, pues aún falta que el priismo se ponga de acuerdo sobre la elección del candidato presidencial.

Aún no se define el método que se implementará, lo cual se hará en los próximos meses, antes del esperado destape, en noviembre.

En la Asamblea del PRI, tampoco se dio un retrato hablado de los aspirantes que resultarán beneficiados una vez que se quitaron los candados.

Los analistas nacionales aseguran que aumentan las posibilidades de los secretarios de Hacienda y Educación.

Y destacan que a pesar de que no hubo pasarela de los presidenciables, el más saludado fue José Antonio Meade Kuribreña.

De hecho, la terna que más se menciona está integrada por Meade, Aurelio Nuño Mayer y José Narro, el secretario de Salud.

Las posibilidades del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, parecen remotas, pues no hubiera sido necesario quitar candados.

En los próximos días habrá más pistas sobre el tapado, así que no le pierda la vista al presidenciable que tenga mayor proyección mediática.

Ráfagas…

Por cierto, en Tlaxcala hay muchas veladoras prendidas a favor de Meade, por su cercanía con grupos locales.

También, llamó la atención la amplia participación de la exgobernadora Beatriz Paredes, en los acuerdos previo a la Asamblea del PRI.

¿La Doña estará de regreso?

victortamayo5@hotmail.com

 

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