Actualmente se da una especie de confrontación sobre la comprensión del “arte”. Por un lado están los que defienden el arte tradicional, con la pintura y la escultura al frente. Y por el otro, los que tienen un visión más amplia en cuanto a los soportes se refiere y que ven el arte como una posibilidad de suceder en cualquier momento, el arte posmoderno. En la actualidad, podemos ver, dentro de los canales donde se desarrolla el mundo del arte (museos, galerías, colecciones), lo mismo, una pintura de Da Vinci, con sus pinceladas y trazos perfectos, así como un “Muro baleado” de Teresa Margolles, con sus orificios y el recuerdo de los muertos por la guerra al narcotráfico. Uno es técnicamente brillante y el otro conceptualmente abrumador. ¿Uno es arte y el otro no? ¿Uno responde al mundo del arte y el otro al mundo real? ¿El arte no debe estar en el mundo real? ¿Qué es arte?

Arthur Coleman Danto (1924-2013) fue un filósofo, crítico y figura notable en la reflexión filosófica sobre el arte. En el libro “Después del fin del arte. El arte contemporáneo y el linde de la historia” (1997), Danto nos cuenta que después de ver la obra “Brillo Soap Pads Box” de Andy Warhol en 1964 se preguntó: ¿Qué diferencia hay entre los objetos que nos encontramos por la calle o en el supermercado y lo que presentan los artistas como object trouvé o ready made? ¿Quién lo denomina arte? ¿Qué o quién legítima una obra de arte? El arte conceptual demostró que no necesariamente debe haber un objeto visual palpable para que algo sea una obra de arte. Y a la par de pensamientos como el del artista alemán Joseph Beuys, quién postulaba “todo hombre es un artista”, Danto escribe: “Solo cuando quedó claro que cualquier cosa podía ser arte se pudo pensar en el arte filosóficamente (…) Cuando una obra de arte puede ser cualquier objeto legitimado como arte surge la pregunta: ¿Por qué soy yo una obra de arte?”.

En el escrito de Danto además, se coloca a Clement Greenberg como uno de los más grandes influyentes críticos del siglo pasado y quién definió al arte moderno. En la narración de Greenberg según Arthur se argumenta como este arte había alcanzado una cierta autonomía desde mediados del siglo XIX con los impresionistas. Desde Manet hasta Pollock. Es así que obras como la “Olympia” (1863) de Manet o “El cuadro negro sobre fondo blanco” de Malévich sean hitos en esa historia, que también era exclusivamente pictórica.

En resumidas cuentas Arthur C. Danton propone entender al arte como muerto; pues él comprende que la historia del arte (una idea occidental por cierto), comenzó con Giorgio Vasari en la época del Renacimiento y fue finalizada con el expresionismo abstracto de Jackson Pollock, que por otro lado era “el gran artista” en las narraciones de Greenberg. A partir del art pop, del que Warhol era la figura más notoria, se comienza una nueva historia, donde las propuestas artísticas no heredan las afirmaciones o negaciones que les anteceden, sino que las apropian a sus discursos, las modifican para hacerlas suyas y de los contextos en los que se presentan, y a diferencia de otras épocas, los artistas no tienen problemas con sus antepasados. La pintura no ha muerto ciertamente, simplemente se ha hecho otro más de los mecanismos que tiene el arte para articular sus propuestas. Las cajas brillo de Warhol, serigrafiadas sobre madera, fueron creadas en un momento clave, en un cambio de paradigma que tuvo como consecuencia la sustitución de los principios del modernismo, por los de los que más tarde serían denominados como: posmodernismo, y es así que la narración de la historia del arte, sobre la que se sustentaban las conceptualidades de los trabajos artístico, llegó a su fin.

artodearte@gmail.com

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here